Con frecuencia oigo en las conversaciones con béticos, y leo también en este foro, una reclamación lapidaria, que “Lopera venda ya y nos deje en paz”. Incluso en un gesto de desprendimiento digno de mejor causa, se suele completar la frase con aquello de “que venda en lo que quiera y se saque sus billetes, que es lo único que le interesa, pero que nos devuelva la libertad”.
No puedo estar más en desacuerdo con planteamientos como esos. De hecho, no creo que pudiera vivir en paz si, como también se suele decir, Lopera se fuera “de rositas”.
Quien olvida la historia está condenado a repetirla. Y yo soy de los que piensan que nunca deberíamos olvidar lo que nos ha ocurrido en estos años ignominiosos. Por eso ha llegado la hora de la Justicia.
Para ello es necesario, inexcusablemente necesario, que todo se aclare para que todo se sepa. Desentrañar todas y cada una de las claves de la red de intereses espurios que se ha ido tejiendo alrededor del Betis, por un oscuro urdidor de enredos y encajes. Que la luz se imponga a las tinieblas, la transparencia a la opacidad. Que podamos saber para poder renacer.
Todo apunta que toque administrar, durante algún tiempo, una cierta escasez. Lo haremos los béticos, porque ese ha sido nuestro sino a lo largo de un siglo. Y lo haremos bien, sin duda, si de ello se ocupan béticos que miren los intereses del Betis por encima de los suyos propios. Con luz y taquígrafos. Mirando limpiamente y de frente al resto de la inmensa legión que conformamos el belicismo. Nunca más torvamente, nunca más como a criaturitas.
Ha llegado la hora de la Justicia. Y a algunos se les ha acabado el tiempo. Si el máximo accionista ha gestionado de manera nefasta, habrá de responder por ello. Si lo ha hecho incurriendo en responsabilidades como administrador, tendrá que pagar por ello. Quien lo haya acompañado, será cómplice de tan nefasta gestión. La responsabilidad hbrá de alcanzarlos también a ellos y sus nombres no quedarán esculpidos en piedra para la historia. Su sitio serán las páginas negras de nuestra historia centenaria.
Todos tuvieron su oportunidad, pero eligieron la lealtad perruna a su amo. Cuando nos enfrentábamos a la semana más crucial de nuestra historia reciente, prefirieron acompañar al amo en su último delirio. Un órdago, dijeron. Pues ya es tarde, la hora de la Justicia ha llegado y a cada uno lo ha sorprendido en un sitio. Quizás tendrán que pasar de titulares al banquillo. Al banquillo de las acusados, donde la afición del Betis ya los ha colocado. Y no hay mayor Acusación para un bético que esa.
La hora de la Justicia ha llegado y por fin podremos tener Paz para conquistar nuestro futuro.
PD: ojalá que lo sea con una victoria visitante en el Sardinero o en San Mamés. Saludos a todos los béticos de buena voluntad.
No puedo estar más en desacuerdo con planteamientos como esos. De hecho, no creo que pudiera vivir en paz si, como también se suele decir, Lopera se fuera “de rositas”.
Quien olvida la historia está condenado a repetirla. Y yo soy de los que piensan que nunca deberíamos olvidar lo que nos ha ocurrido en estos años ignominiosos. Por eso ha llegado la hora de la Justicia.
Para ello es necesario, inexcusablemente necesario, que todo se aclare para que todo se sepa. Desentrañar todas y cada una de las claves de la red de intereses espurios que se ha ido tejiendo alrededor del Betis, por un oscuro urdidor de enredos y encajes. Que la luz se imponga a las tinieblas, la transparencia a la opacidad. Que podamos saber para poder renacer.
Todo apunta que toque administrar, durante algún tiempo, una cierta escasez. Lo haremos los béticos, porque ese ha sido nuestro sino a lo largo de un siglo. Y lo haremos bien, sin duda, si de ello se ocupan béticos que miren los intereses del Betis por encima de los suyos propios. Con luz y taquígrafos. Mirando limpiamente y de frente al resto de la inmensa legión que conformamos el belicismo. Nunca más torvamente, nunca más como a criaturitas.
Ha llegado la hora de la Justicia. Y a algunos se les ha acabado el tiempo. Si el máximo accionista ha gestionado de manera nefasta, habrá de responder por ello. Si lo ha hecho incurriendo en responsabilidades como administrador, tendrá que pagar por ello. Quien lo haya acompañado, será cómplice de tan nefasta gestión. La responsabilidad hbrá de alcanzarlos también a ellos y sus nombres no quedarán esculpidos en piedra para la historia. Su sitio serán las páginas negras de nuestra historia centenaria.
Todos tuvieron su oportunidad, pero eligieron la lealtad perruna a su amo. Cuando nos enfrentábamos a la semana más crucial de nuestra historia reciente, prefirieron acompañar al amo en su último delirio. Un órdago, dijeron. Pues ya es tarde, la hora de la Justicia ha llegado y a cada uno lo ha sorprendido en un sitio. Quizás tendrán que pasar de titulares al banquillo. Al banquillo de las acusados, donde la afición del Betis ya los ha colocado. Y no hay mayor Acusación para un bético que esa.
La hora de la Justicia ha llegado y por fin podremos tener Paz para conquistar nuestro futuro.
PD: ojalá que lo sea con una victoria visitante en el Sardinero o en San Mamés. Saludos a todos los béticos de buena voluntad.
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