EL BETIS DE AQUEL ENTONCES
El aficionado más neófito debe ubicarse en un tiempo en el que el Real Betis Balompié transcurre bajo la segunda Temporada consecutiva durante la presidencia de Don Benito Villamarín Prieto, quien había cogido el testigo del bético de "hierro" Manuel Ruiz Rodríguez, que había logrado sacar al Club de las penurias de la Tercera División, en 1954. Posteriormente, el Ejercicio 54-55 significó un tiempo de adaptación del Club en la División de Plata, finalizándose en un digno quinto puesto.
Con la llegada del gallego Villamarín a partir de 1955, se empieza una reorganización de la Entidad en muchos aspectos: se potencia la cantera, se amplía y renueva la Secretaría del Club, se realizan adquisiciones de primer nivel; inclusive, se habla de la futura adquisición en propiedad del Estadio de Heliópolis.
La primera Temporada de, sin duda, el mejor Presidente en la Historia del Club Verdiblanco, es casi un éxito, pues el segundo lugar conseguido en la clasificación sirve para que el Real Betis, de la mano del ex-jugador Pepe Valera, opte por jugar una liguilla de ascenso hacia la Primera Categoría del fútbol español, la cual se había perdido en 1943 y hasta ese momento jamás se pudo ver tan cerca. Pese a todo, la actuación en aquella promoción deja mucho que desear, aunque Villamarín no cejará en su empeño hasta conseguir el ansiado ascenso.
Para la Temporada 56-57, se contrata para la dirección técnica, al ex-jugador internacional Carlos Iturraspe, quien procedía del entrenar al prestigioso Valencia CF. Junto al entrenador donostiarra, a lo largo de la Temporada se van incorporando hombres como Castellanos, Luisín, Paqui o León Lasa. Pero quien sí empezaba a brillar con luz propia fue Luis Del Sol, el "Gordito del Empalme".
LA TRAYECTORIA DE LUIS DEL SOL HASTA EL O-3 EN EL VIVERO
Aunque nacido en la localidad soriana de Arcos de Jalón (6-4-1935), con casi dos meses de vida se traslada con su familia a Sevilla, instalándose en la barriada de San Jerónimo. Allí comienza sus primeros pinitos futbolísticos. Alegría, San Jerónimo, I.S.A y Andalucía son sus primeros equipos. Sin embargo, José Valera Nocera, hombre incondicional de la casa verdiblanca (no en vano perteneció a la mítica plantilla de jugadores béticos que se proclamaron campeones de Liga en 1935), se fija en Luis Del Sol y decide incorporarlo a la disciplina verdiblanca. Tras pasar por los juveniles, es cedido al CD Utrera, para por fin empezar a formar parte del Primer Equipo del Real Betis, para la Liga 54-55.
Luis Del Sol en su etapa como jugador en el I.S.A., junto a su compañero de equipo Beato.
La Temporada 55-56, será un período de adaptación para la posterior trayectoria deportiva de Luis Del Sol, pues empieza a comportarse como titular indiscutible, pese a no destacar como goleador. Desde entonces empieza a desenvolverse en el extremo izquierdo, aunque su tendencia es a jugar de interior retrasado, o más bien como dominador del centro del terreno de juego (tal como jugaría en diversas ocasiones posteriormente, de la mano de Antonio Barrios).
La Competición 56-57 fue bastante difícil para los hombres del entrenador Iturraspe, pues la Categoría se había ampliado a 20 clubes; a esta circunstancia se une la rivalidad de equipos como el Cádiz, Granada, Málaga, Córdoba, España de Algeciras, Puente Genil o San Fernando, más la añadidura de la disputa de numerosos encuentros amistosos contra clubes de Primera División: Deportivo de la Coruña, At. Osasuna, UD Las Palmas o At. de Madrid.
Pese al esfuerzo exigido, Luis Del Sol se entiende a las mil maravillas con una delantera muy potente, complementada básicamente por Lasa, Paqui, Cela y Eduardo Sobrado. El de San Jerónimo es figura indispensable en el equipo, destacando poderosamente en algunos de los amistosos citados anteriormente y jugados en Heliópolis, como el 3 a 2 contra Osasuna, o el 3-0 encajado al Deportivo coruñés.
El genial jugador verdiblanco, posando ante los reporteros gráficos durante la Temporada 56-57.
Por fin, al día siguiente tras del encuentro que el Betis jugara en el Vivero, ante el CD Badajoz (0 a 3, partidazo de Luis Del Sol), un comentario en del desaparecido "Sevilla, diario de la tarde", filtraría la posibilidad de que el mismísimo Seleccionador Nacional, Manuel Meana, pudiera visitar la Ciudad Hispalense para ver al prometedor jugador de San Jerónimo.
LA LLEGADA DE MANUEL MEANA Y LA POSTERIOR CONVOCATORIA
El día 26 de febrero de 1957, el Entrenador de la Selección de Fútbol Española, Manuel Meana, se reune esa misma noche con Don Benito Villamarín en la nueva Secretaría del Club de la calle Alemanes. Sus intenciones son claras, pues pretende hacer algo que desde hacía más de venticinco años había quedado olvidado: hacer llegar al Equipo Nacional un jugador de la Primera División. Además, la obligación de dar la lista de jugadores convocados por el Seleccionador para el lunes siguiente, ante la inminencia de los encuentros del Campeonato Mediterráneo ante Egipto y Grecia (días 8 y 10 de marzo), hacen que la prensa comience a especular sobre la posible inclusión en la convocatoria del jugador más destacado en el Betis durante aquellos momentos: Luis Del Sol Cascajares.
El 28 de febrero, Meana al lado de su hija, observa los entrenamientos del primer Equipo del Betis, junto al entrenador blanquiverde Carlos Iturraspe. Este hecho marcará una actividad inusitada en la prensa local, que bombardea una y otra vez al Seleccionador español; éste a su vez, replica sin dar una respuesta concreta sobre la selección de Luis Del Sol, hasta que por fin, esa misma noche Meana envía la lista de escogidos a Madrid, en la que figura como novedad la inclusión del "Gordito del Empalme".
EL DEBUT EN LA SELECCIÓN B: EGIPTO Y GRECIA
Tras jugar contra el Eldense (4-1), al día siguiente, 4 de marzo, Del Sol marcha a Madrid para reunirse con el resto de jugadores convocados por Meana, reuniéndose con los supuestos titulares que jugarían ante la Selección Egipcia: Vicente Traín; Olivella, Campanal II, Valero; Verges, Gensana; Mañó, Mateos, Pepillo y Uribe.
Por fin, el 7 de marzo de 1957, Luis Del Sol debuta ante Egipto luciendo los colores nacionales. El triunfo sonrió al combinado de Meana por 0 a 1, siendo el magnífico rematador sevillista Pepillo el autor del tanto español, que se fabricó gracias a un genial pase de Del Sol.
Luis Del Sol, internacional en el Estadio cairota.
Algunos días después, el magnífico jugador bético participaría en el choque siguiente contra la Selección griega, a la que no se pudo vencer.
Paralelamente a estos partidos mediterráneos, la Selección A jugaría contra Suiza en el Santiago Bernabéu, empatando a dos goles, con una delantera casi insustituible (Miguel, Kubala, Di Stéfano, Suárez y Gento), y en la que en tiempos posteriores tendría cabida nuestra estrella de San Jerónimo, durante algunos encuentros, aunque ya figurando fuera del Primer Plantel del Real Betis.
UNA TRASCENDENCIA IMPORTANTE EN LA HISTORIA DEL CLUB
La internacionalidad de Luis Del Sol, máximo estandarte del Equipo Verdiblanco en aquella época, supuso el comienzo de la consolidación de la Entidad Verdiblanca, tras muchos años de postración fuera del panorama nacional. Así, Del Sol recoge el testigo dejado hacía más de veinte años por los béticos Lecue, Areso y Aedo, internacionales blanquiverdes en aquella primera mitad de los años treinta.
Podríamos afirmar que Del Sol fue santo y seña del beticismo del momento. Su concurso fue importantísimo en un tiempo, que si fue de transición desde 1954 hasta el Ascenso a Primera, en 1958, también fue testigo del crecimiento de nuestro Club, gracias a la labor incesante y vigilante de Don Benito Villamarín y de todo aquel equipo de directivos y colaboradores, que desde los escalafones inferiores trabajaron incesantes para el engrandecimiento del Real Betis Balompié.
Nuestro internacional, fotografiado en el Alfonso Murube de Ceuta, la Temporada del Ascenso.
Finalmente, confirmar los 16 entorchados internacionales conseguidos por el fenomenal jugador verdiblanco, quien como sabemos y tras una primera etapa bética, perteneció al Real Madrid y a la Juventus de Turín. Finalmente, volvió a recalar en el Real Betis en 1972, abandonado el fútbol activo, colocando así un broche de oro a su carrera futbolística.
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