Para muchos mañana será como el día de Reyes, que ahora más que nunca tiene un significado especial para el beticismo. Ese día en que ya te levantas temprano porque no puedes dormir, los nervios, el preparar la camiseta (esa especial), sacar la bufanda, preparar los bocadillos, el móvil pitando a cada instante porque no eres el único que esperas, las cervezas de antes en el Cástulo, el reencuentro con los amigos, con la familia, sí esa familia que se sienta a tu lado y con la que tanto has vivido. Y por fin llegarán las 22:15, el momento en que se enciendan los focos del majestuoso nuevo Benito Villamarín, nuestra casa, el momento en que todas las gargantas comiencen a gritar al unísono ese "Hay una leyenda que recorre el mundo entero", mientras a nosotros no recorre ese cosquilleo de la nueva temporada, de las ilusiones renovadas y de la felicidad de sentirse en casa, con los tuyos.
Tan solo puedo pedir una cosa en este año tan mágico en el que el Merlín de Mallorca ha comenzado haciendo algunos de sus trucos más espectaculares, y su aprendiz cántabro empieza a mover su varita y a entonar los primeros conjuros... Paciencia, trabajo y humildad, algunos de los valores que siempre han caracterizado a este club. La magia es eso, magia, espectacular en su exposición pero con muchas horas de errores, pruebas y trabajo detrás. Para conseguir acabar este espectáculo con el gran acto final todos debemos aportar por eso disfrutemos y apoyemos a los nuestros, por qué ya nos toca, ya hemos pasado por mucho como para haber aprendido y saber como se debe crecer, así que ¡a por esta temporada! Por los que están, por los que se fueron y por el Real Betis Balompié!