Las Misiones Pedagógicas (este término aparece por vez primera haciendo alusión a viajes temporales a pueblos) fueron unas acciones educativas desarrolladas durante los primeros años de la década de 1930. Tenían como objetivo paliar la brecha cultural existente, entre las ciudades y las clases rurales, mostrándose como uno de los medios para sacar al pueblo de la ignorancia. En este sentido, desde las ciudades se dirigen a los pueblos para que éstos se acerquen a éstas.
Si en cualquier buscador de imágenes por Internet se teclea “Misiones Pedagógicas” aparecerán multitud de fotografías de las personas que presenciaban la llegada de los llamados misioneros. En todas ellas existe una expresión común, la sorpresa. Esa escena evidenciaba la necesidad de una acción así para llevar la cultura a los pueblos.
En 1881 el andaluz Francisco Giner de los Ríos propuso reformas en las que se incluía la idea de la realización de “Misiones Ambulantes”. Diecinueve años después se crea el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes debido al bajo nivel de la educación en nuestro país. En 1910 se firma un Real Decreto que recomienda a los inspectores de educación realizar misiones pedagógicas pero es en 1931 cuando se crea el Patronato de Misiones Pedagógicas con Manuel B. Cossío como presidente. En él se recoge la justificación de su fundación y su objetivo primordial:
“El ministro que suscribe estima necesario y urgente ensayar nuevos procedimientos de influencia educativa en el pueblo, acercándose a él y al Magisterio Primario”
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“Difundir la cultura general, la moderna orientación docente y la educación ciudadana en aldeas, villas y lugares, con especial atención a los intereses espirituales de la población”.
Para ello se tuvieron en cuenta los siguientes aspectos:
- Acciones de fomento de la cultura: creación de bibliotecas fijas y circulantes, impulso de la lectura, proyecciones cinematográficas, sesiones musicales, exposiciones de arte, representaciones teatrales, museos… etc.
- Orientación pedagógica: mediante visitas a los maestros de las escuelas y la realización de cursos de formación.
- Educación ciudadana: con el objeto de acercar los principios democráticos sirviéndose de reuniones en los pueblos.
La idea de las misiones derivaba en la realización de viajes a aldeas, de ahí que los que participaban en las mismas fueran llamados misioneros. Entre ellos destacan personajes conocidos como María Zambrano, Federico García Lorca, María Moliner, Antonio Machado o Pedro Salinas.
La lógica muestra las consecuencias que las Misiones Pedagógicas trajeron consigo no sólo en términos educativos y culturales sino en el plano emocional pues esta época supuso un ejemplo de la lucha en contra de la exclusión de las clases más necesitadas y el afán por la integración de todas las personas en nuestra sociedad.
Sin embargo, este proceso fue corto y no se llega a entender el final de este proyecto pedagógico. En referencia a ello me quedo con las palabras de Manuel B. Cossío para finalizar esta entrada:
“No comprendo por qué odian de esa manera a las Misiones. Las Misiones no hacen más que educar. Y a España la salvación ha de venirle por la educación”.
Fuentes:
- Boza, M. y Sánchez, M. A. (2004) Las bibliotecas en las Misiones Pedagógicas, Boletín de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios, 74, 41-51.
- Canes, F. (1993) Las misiones pedagógicas: educación y tiempo libre en la Segunda República, Revista Complutense de Educación, 4 (1) 147-168.
- Gimeno, J. (2011) Esbozo de una utopía: las Misiones Pedagógicas de la II República española (1931-1939), Revista Faro, 13 (I) 160-177.
- Llorca García, A. (1912) La escuela primaria e instituciones complementarias en Francia, Bélgica, Suiza e Italia. L. Sucesores de Hernando. Madrid.
- Otero Urtaza, E. (1982). Las Misiones Pedagógicas: Una experiencia de educación popular. Ediciós do Castro. A Coruña.
- Patronato de Misiones Pedagógicas (1934) Patronato de Misiones Pedagógicas: septiembre de 1931 – noviembre de 1933, Madrid: S. Aguirre
por @contrerasrosado
jose1907