Después de dejar pasar unos días de reflexión vuelvo a escribir. Pero hoy lo hago para hablar de lo deportivo pues de lo institucional prefiero que se encargue el tiempo. Como bética, opto por disfrutar de la situación actual.

Al comenzar la temporada nos quisieron “vender” que el Betis tenía una plantilla muy corta, que no teníamos delanteros, que lo íbamos a pasar muy mal, que de nuevo la secretaría técnica se había equivocado, que el entrenador era una segunda opción… Vamos, que se iba a producir una hecatombe.

Por el contrario, han pasado ya 9 jornadas y el Real Betis Balompié es líder en solitario con 22 puntos. Además, las sensaciones que otorga son ilusionantes. ¿Cuánto hace que los béticos no disfrutábamos con nuestro equipo? ¿Cuánto? Pues aún así, ganando partidos, percibo béticos que no se alegran pues la ansiedad del pasado no le deja apreciar las cosas buenas del presente. Confío en que pronto comiencen a disfrutar.

Estos resultados, 7 victorias, 1 derrota y 1 empate, tienen varios protagonistas aunque uno destacado: Pepe Mel. No sé muy bien cuál es su secreto motivador pero su conjuro funciona y hasta a los más rebeldes sabe enderezarlos. Prueba de ello es el “indomable” Emana que no ha podido escapar de las riendas del míster, y eso que dicen que es un caballo desbocado. Inmersos en una relación “amor-odio”, Pepe Mel sabe que como él no hay ninguno y por ello prefiere respirar profundo a dejarlo en libertad sin ninguna finalidad.

Pero Emana no es el único que se ha rendido a los conocimientos del míster. Todos los demás jugadores no han dudado en seguir a pie de la letra las órdenes del que antaño nos hacía vibrar con sus goles. Todo esto, junto a las ganas de una cantera bien preparada y unos fichajes más que adecuados, han dado como resultado un equipo solvente con ansias de ganar y con la idea clara de ascender. Y es que Mel, sí sabe lo que darles.