Por fin parece que las calculadoras no van a hacer falta de aquí en adelante por Heliópolis. Al menos, así lo parece tras la victoria verdiblanca del pasado sábado, ante un Villarreal que comienza a hacer aguas de manera estrepitosa y que deja al Betis con una renta de diez puntos sobre el descenso que, a estas alturas, parece prácticamente definitiva. Sobre todo, si se tiene en cuenta que los pupilos de Mel han colocado al borde del abismo a un ‘Submarino Amarillo’ que parece el cliente ideal para una tercera plaza con billete al ‘infierno’ a la que aún resta ponerle el nombre.

Y es que frente a los castellonenses, esta vez sí, la escuadra de las trece barras se limitó a cumplir con lo que se le exigía: ganar. Además, con contundencia, firmando un 3-1 que pone el ‘goal average’ particular a su favor. Así, ya queda un rival directo menos en el camino y el objetivo está más cerca que nunca, a apenas seis puntos de distancia y, quizás, menos de una semana para hacerse realidad.

No en vano, si la suerte sonríe al Betis, todo puede quedar visto para sentencia en estos días, contando incluso con el beneplácito de las matemáticas. Para ello, la primera premisa básica es que el equipo se imponga a Real Sociedad y Osasuna, alcanzando los 44 puntos, una cifra que, salvo contadísimas excepciones, ha servido para mantenerse en la máxima categoría. Si a eso se le sumase que el Zaragoza no sacase más de uno en sus dos próximos partidos, todo estaría absolutamente cerrado con cinco jornadas de antelación. Cierto es que parece algo idílico para el cuadro heliopolitano, pero está al alcance de la mano.

Es más, habrá quien mirando a la clasificación, y observando que las plazas europeas están a cuatro puntos, sueñe incluso con ver a los verdiblancos retornando a las alturas. Aunque eso, quizás sea ilusionarse demasiado. Porque a los de Mel les haría falta una regularidad que ha brillado por su ausencia desde que comenzó la competición. Vale que esta sea la peor Liga en años, pero a la escuadra de las trece barras se le pasó el tren que le permitía pasearse por el ‘Viejo Continente’ hace ya algunos meses.

Puede que sin aquella racha de sólo un punto sobre 30 todo hubiese sido diferente; que si las cosas hubiesen salido algo mejor antes de reencontrarse con la victoria frente al Málaga otro ‘gallo’ habría ‘cantado’. Pero, a estas alturas, el único objetivo debe ser lograr cuanto antes el objetivo, dejando atrás cualquier miedo. Porque no son pocos los que ya pensarán que las cosas están tan fáciles que el propio Betis, fiel a su idiosincrasia, se encargará de ponerlas difíciles. Y es que si hay un equipo capaz de echar por tierra una ventaja así, seguro que juega en el Villamarín y viste de verdiblanco.

Por eso, lejos de ponerse a hacer castillos en el aire, es obligatorio tocar cuanto antes con las dos manos una permanencia que dejaría al club donde merece por historia y afición, pero que también permitiría la entrada de una nueva importante inyección económica que daría aire a sus maltrechas arcas. Todo lo demás está de más. Puede que haya margen para la sorpresa, aunque lo principal es evitar que lo haya en relación a aquello por lo que se lleva peleando desde agosto.

J. Julián Fernández