Joan Verdú entrenando en MontecastilloRecuerdo en alguna ocasión decir a Joan Plaza cuando entrenaba al Cajasol que uno de los momentos claves para conseguir el éxito en una temporada era el verano anterior.

El técnico se refería a la fase en la que se construye la plantilla con los fichajes y salidas de jugadores. No es lógicamente definitivo con la de partidos y meses que quedan por delante en la competición, pero probablemente tenía parte de razón.

En esa etapa está el Betis ahora, al margen de que ya haya comenzado la pretemporada y los entrenamientos. Un trabajo ya muy avanzado en el capítulo de llegadas pero que necesita completar todavía para reforzar posiciones fundamentales.

Es verdad que han arribado en Heliópolis ocho fichajes, más la continuidad de Juan Carlos. Sin embargo la entidad planea firmar cuatro futbolistas más para posiciones claves en los esquemas de Pepe Mel. Refuerzos imprescindibles en los que debe acelerar su gestión.

El asunto del delantero, como reconoció públicamente el técnico verdiblanco, tal vez sea el que más se alargue en el tiempo. Una cesión de un equipo importante o las oportunidades que puede presentar el mercado en el último momento justifican este retraso. No es fácil encontrar gol a un precio asequible. Por eso toca esperar.

Sin embargo es una cuestión importante. La solvencia de Rubén Castro y Jorge Molina está más que demostrada en este Betis que, además de lo que aporte Chuli, necesita otro referente ofensivo que sumar a su plantilla. Más si cabe con la exigencia de las tres competiciones que se avecina.

No hay más que recordar lo que supuso la aportación de Dorlán Pabón en la segunda parte del campeonato pasado para que el equipo llegara a Europa. Castro y Molina necesitan ahora ese nuevo socio y en el club así lo entienden.

También debe afinar la dirección deportiva en las contrataciones para la defensa. Es de dominio público el deseo de que llegue un central y un lateral polivalente capaz de jugar también en el centro de la zaga.

Si finalmente Didac acaba cerrando su cesión al Betis, restaría un nombre más que añadir a la plantilla verdiblanca en la defensa.

Cuestión de calidad y de cantidad. Esa necesidad queda ejemplificada, y eso que es sólo pretemporada, con la lesión de Antonio Amaya para algunas semanas.

El tema del centrocampista también tiene su importancia. El Betis ya se ha reforzado en esa parcela aunque todavía pretende añadir un elemento más a una de las zonas del campo más discutidas la pasada temporada.

A pesar de la llegada refuerzos como Lolo Reyes, Joan Verdú -aunque se le pueda considerar más mediapunta- y el regreso de Javier Matilla, la salida de jugadores básicos y la exigencia de tres competiciones invitan a pensar el equipo necesita un centrocampista más.

Incorporaciones todas ellas para posiciones claves las que faltan por añadirse, a pesar de los futbolistas que ya ha firmado el club. Luego la temporada y el entrenador dictarán el rol más o menos protagonista de cada uno de ellos pero los jugadores que aún pretende fichar el Betis deben apuntalar el equipo y resultan imprescindibles. Incluso en algunos casos para ocupar plaza en un once de gala hipotético en el que, eso sí, Rubén Castro y Joan Verdú deben tener el papel de jugadores franquicias bajo la batuta de Mel.

F. Javier Carbonero