Dijo Mel en la rueda de prensa tras el bochornoso partido en el Alfonso Pérez que como socio del Betis había sentido vergüenza. Creo que es la mejor palabra que define lo hecho por el Real Betis en Getafe.
Desde que el balón comenzó a rodar se vio claramente que el equipo verdiblanco no andaba inmerso en la dinámica competitiva que exige un partido de Liga. El conjunto madrileño se encontraba muy cómodo porque el Betis jamás le exigió y le apretó los tornillos. Para mayor desgracia bética, se dio la circunstancia de que Pedro León anduviera inspirado. El murciano vio a Sara ganando metros para un posible centro al área y la envió a gol desde Leganés.
El tanto fue un mazazo para un equipo que se mostró indolente y sin alma, y así, en menos de diez minutos, le cayeron el segundo y el tercero. El partido estaba totalmente finiquitado, porque los milagros existen a cuentagotas y menos cuando la actitud de los jugadores es pésima.
Movió el banquillo Pepe Mel tras el descanso para jugar con dos extremos natos. Mejoró el Betis porque empeorar era imposible. Llegó el gol tras una falta botada por Verdú (muy mal y lento en todo el partido) que se benefició del despeje defectuoso de Rafa. Quedaban muchos minutos por delante, pero por mucho que lo intentó Cedrick, las ocasiones no fueron lo suficientemente claras y el empuje del Betis no fue lo intenso como para lograr una remontada épica.
En las dos semanas que quedan para el próximo enfrentamiento liguero, debe Mel modificar varios aspectos. Esperemos que Rubén Castro esté recuperado del todo y que el equipo muestre la solvencia necesaria para no tener que pasar apuros. A trabajar.
LO MEJOR: la afición bética que estuvo en las gradas del Alfonso Pérez.
LO PEOR: el partido del Real Betis.
Pablo Caballero Payán