Gradas del estadio Benito VillamarínAdhesión inquebrantable, directiva no, hay que dejar hacer, dimisión, dimisión, fichar, ahorrar...

Últimamente nos pasa que en el beticismo se oyen voces más grandilocuentes de lo habitual. Aparecen artículos que suenan a aquella pregunta y su respuesta de la guerra civil:

- ¿Y tú con quién estás?
- Con los leales, siempre con los leales.

Me encanta esa respuesta porque cada vez que la destilo de algún artículo me sonrío con cierta amargura. Porque suena encuentro el hueco de las palabras, normalmente ampulosas y hermosas, con altura de miras y sin mirar hacia ningún lado.

El Betis debe estar unido, la unión, todos por la unión que en ella está la fuerza. ¿Imaginan al entrenador que por estar unidos no levanta la voz en los fichajes?¿o al secretario técnico que no se queja por el escaso presupuesto para su importante departamento? ¿o un periodista que no insiste en aquello que ve incorrecto en el club? ¿o incluso en el encargado del césped que no quiere llamar la atención por aquello de la unión y sólo le dan para un saco de semillas y una manguera?

¿Entenderíamos que no están por la unión del Betis, por su mejor gobierno o por el bien del club si no piden mejores jugadores, no indagan en las cosas que están mal o luchan porque el césped sea un tapete?

Los béticos, si algo hemos aprendido, hemos visto como en nuestro nivel de exigencia tenemos a un "salvador" imputado presuntamente por malversar el dinero de todos, del Betis, para su interés particular. Y no nos hemos parado ahí. Queremos más, y querer más y mejor no es estar contra la unidad del Betis, sino todo lo contrario, porque sabemos que en el Betis se puede.

Hay muchos béticos que quieren ser escuchados, que no comprenden que el propio consejo se ampare en decisiones poco claras para impedir preguntas que son incómodas, aun provocando asambleas costosas. Hay muchos béticos que no comprenden muchas cosas, y lo malo es que las pruebas les dan la razón, con un empeoramiento en cuestiones tan queridas como la cantera, la comunicación y la transparencia, situaciones que creían ya superadas y que vuelven a estar en el primer plano de la actualidad.

No estar de acuerdo con las decisiones que emanan de su Consejo de Administración no significa estar contra el Betis. Es una salida muy fácil para los que gobiernan ver enemigos donde sólo hay aliados con distintas ideas dispuestos a defenderlas por el bien del Betis. Deberían exigirse más como miembros del Consejo para comprender que el beticismo respira muy por encima de un paquete mayoritario, incluso por el mayor número de accionistas representados, respira y pide que le dejen respirar, que son capaces de estar con el Betis con un 0-4 en contra, pero no quieren pasar por la incomprensión de sus mandatarios.

Hay que hacer más y mejor, pero estar con el Betis también significa discrepar, porque en esa discrepancia está la búsqueda de un Betis mejor, y hacer oídos sordos o algo peor a esas discrepancias, a la larga, da malos resultados.

Juan Carlos Pérez