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ID:	6574849En Rusia, con diez grados bajo cero y cuando nadie lo esperaba. Así logró el Betis su pase a los octavos de final de la Europa League, competición en la que el equipo sí da la talla.

De hecho, los pupilos de Gabi Calderón se mostraron muy superiores a su rival, un Rubin Kazán al que, incluso, se le vio más inofensivo que hace una semana en el Villamarín. Si a eso se le une que los verdiblancos tuvieron la puntería más afinada, la ecuación que da como resultado la continuidad heliopolitana sale sola.

De este modo, la escuadra de las trece barras regaló una alegría a su afición, que no contaba con vivir la siguiente fase del torneo. Una satisfacción que traerá bajo el brazo el primer ‘Euroderbi’ sevillano de la historia, todo un reto que aumentará el interés de una recta final de temporada en la que, a priori, el único aliciente estaba en aplazar lo máximo posible el dictamen de las matemáticas, las únicas que mantienen todavía a los de La Palmera en la máxima categoría.

Sea como fuere, y pese a que un triunfo siempre endulza las cosas, no son pocos los que se preguntan por qué este Betis sí es capaz de lograrlos en Europa, donde el objetivo ya estaba cubierto únicamente con competir, y no donde verdaderamente importa, en Liga, torneo en el que el nuevo proyecto verdiblanco se ha ido desangrando a pasos agigantados sin solución de continuidad. Porque, a fin de cuentas, que el club siga vivo en el ‘Viejo Continente’, más allá de reportar ingresos económicos extras, no es lo que da de comer a una entidad cuyas arcas viven momentos complicados y que, además, en la 14/15 tendrá que enfrentarse a gastos similares sin que entre el mismo dinero que ahora.

Pero, ya sea por motivación de la plantilla, suerte o el nivel de los adversarios, el caso es que los del Villamarín se han plantado en los octavos de final, donde no queda otra que dar la cara para intentar dejar en la cuneta al eterno rival. Un cruce que pocos deseaban y con el que casi nadie contaba; que despierta cierta ilusión en la grada, como cualquier duelo cainita en esta ciudad, aunque, para qué engañarse, también mucho miedo habida cuenta de los últimos precedentes. No obstante, ya con nada que perder, los pupilos de Calderón están obligados a cambiar la historia reciente y reconciliarse un poco más con su fiel infantería, esa que jamás le falla. Entre tanto, seguirá la Liga, donde por más cuentas que se hagan el único resultado, salvo milagro de proporciones descomunales, es un descenso que cada vez se ve más cerca. Se tiene claro cuál es el modelo a seguir, porque en Europa los heliopolitanos sí han sabido encontrarse a sí mismos, pero en lo que llevamos de curso ha sido imposible extrapolar la imagen de un torneo al otro. Y teniendo en cuenta que prácticamente no queda tiempo para neutralizar la desventaja que existe respecto a la salvación…

Con todo ello, el triunfo en Kazán abre para el Betis un nuevo panorama con el que no contaba, donde es probable que no se pueda arreglar por completo la temporada, aunque sí dar a la afición una de las tantas alegrías que el equipo le debe. No obstante, quizás lo deseable habría sido encontrarse con esta versión de la escuadra de las trece barras en Liga, que es donde de verdad el club se jugaba la ‘papas’.