Once inicial del Real Betis contra el TenerifeUn 3-1 al Tenerife en casa que acerca al Betis a Primera, Rubén Castro abriendo el marcador de penalti, Jorge Molina ejerciendo como su mejor socio, un canterano llevando la manija en el centro del campo y Pepe Mel en el banquillo.

Parece que, por momentos, Heliópolis se ha montado en el ‘DeLorean’ de la película ‘Regreso al Futuro’ y busca volver al sitio que por historia, masa social y entidad le pertenece recorriendo un camino de sobra conocido, convirtiendo este 2015 que acaba de arrancar en prácticamente una copia de aquel 2011 que acabó con ascenso.

De hecho, todo encaja a la perfección y sólo hay mínimos cambios. Porque en la ‘sala de máquinas’ Ceballos ha ocupado el sitio de Beñat e, incluso, la corpulencia y potencia de Emana hace cuatro años la ofrece ahora N’Diaye, si bien habrá que esperar a que regrese de la Copa de África.

Al margen de eso, y de todo un carrusel de caras nuevas que han ido incorporándose al equipo con el paso del tiempo, la gran diferencia estriba en que la escuadra de las trece barras no ve al resto de sus rivales por el retrovisor, sino que está obligada a aparecer en el de éstos cuanto antes, algo que por fin hace de modo amenazante.

Porque tras encadenar siete partidos consecutivos sin perder, los heliopolitanos ya están a sólo un punto del ascenso directo. Es más, su siguiente encuentro será contra el Sporting de Gijón, equipo que marca la diferencia entre el dúo de cabeza y el ‘play off’, por lo que un triunfo en El Molinón permitiría que, dependiendo también de lo que haga el Valladolid, el Betis pueda alcanzar por fin su particular ‘tierra prometida’.

Para ello, será fundamental que la puntería de la mejor dupla verdiblanca de la historia, la formada por Rubén Castro y Jorge Molina, vuelva a estar tan afinada como frente al Tenerife.

Ambos se entienden de maravilla y conforman una sociedad sin la que sería imposible soñar con volver a Primera. El canario continúa como siempre, marcando y destrozando récords con una facilidad pasmosa (y pensar que a muchos nos llegó a parecer caro el 1,5 millones de euros que costó su fichaje…), mientras que el alcoyano está gritando a base de goles todo lo que se calló fuera del campo durante el tiempo que estuvo condenado al ostracismo. Y aparte está Rennella, dispuesto a salir del bache que ha atravesado durante los últimos partidos.

Así, con tantísima pólvora arriba, un Ceballos en permanente estado de gracia y un Adán seguro bajo los palos, el equipo consigue ‘maquillar’ su falta de ideas en la parcela ancha.

Los jugadores ya saben que Mel quiere que sean protagonistas en cada encuentro, llevando la iniciativa y teniendo la posesión, pero falta que lo hagan con algo más de sentido, acertando sobre todo en el último pase, haciendo que el equipo tenga la profundidad que por momentos se echó en falta durante la última jornada. Y es que, aunque hay dinamita arriba, nunca está de más facilitar que ésta explote.

Por lo demás, todo parece funcionar por fin en Heliópolis, donde equipo y grada se habían acostumbrado a que las cosas únicamente tuviesen visos de arreglarse a tirones que nunca encontraban la continuidad suficiente para surtir el efecto deseado. Ahora, después de que Merino mostrase el camino, la escuadra de las trece barras sabe cómo tiene que andar para poner fin a su travesía por el ‘desierto’. Y, por si hubiese alguna duda, también está el ejemplo de la 10/11, ése que el equipo está calcando a la perfección y que, pese a ser ya 2015, todavía surte efecto.

J. Julián Fernández