Más a estas alturas de la temporada, cuando se deciden realmente los objetivos y con la igualada que está la clasificación en la parte alta.
Un partido trabajado, con dosis de fortuna y en el que, por primera vez en tiempo, los verdiblancos salieron favorecidos por las decisiones arbitrales.
A todo eso hay que añadir el tanto de Xavi Torres, que al fin y al cabo valió tres puntos. No se prodiga demasiado en esas acciones el centrocampista pero sus dianas son valiosas. La que firmó en Huelva fue tan decisiva como la que hizo en Gijón y, además, en los dos casos se pueden calificar de golazos. Contra el Recreativo el espectacular cabezazo estuvo precedido de un magnífico centro de Varela.
El partido del Betis en el Nuevo Colombino no distó mucho de tantos encuentros disputados durante la temporada. Eternos problemas para generar juego en el mediocampo y dominar los partidos, alguna duda atrás y a esperar que la calidad determine. Después de 31 jornadas es complicado cambiar el cómo o esperar que este equipo rompa con todos esos problemas.
Salvo contadas ocasiones durante la temporada -días como el del Valladolid o el Racing de Santander- el Betis no ha jugado al fútbol en toda la temporada. Tampoco era esperable que en Huelva de la dupla Lolo Reyes-Xavi Torres manara juego o que, por ejemplo, Cejudo rompiera de una vez e hiciera lo que sólo hizo en las dos o tres primeras jornadas del campeonato.
No quiere decir que haya que conformarse, pero sí conocer lo que ha ofrecido el Betis en más de un tercio de la temporada. Sí se le debe seguir exigiendo que gane los partidos, que es lo que realmente cuenta y aprovechar la pequeña ventaja que le otorga ser el primer clasificado en estos momentos tan definitivos. Quedan once partidos y como decía Luis Aragonés 'sólo' tiene que ganar, ganar y ganar.
Cierto es que con las prestaciones que se ofreció contra el Recreativo está más expuesto a que los partidos estén el aire. Es preocupante que ninguno de los futbolistas de ataque brillara. Difuminado Portillo, Cejudo no se reivindicó y los tres delanteros que jugaron durante distintas fases del encuentro -Jorge Molina, Rubén Castro y Rennella- estuvieron romos y sin pólvora. Especialmente delicado el momento del 24.
Puestos a elegir en una tarde gris, Francisco Varela fue el mejor verdiblanco en tierras onubenses. El lateral fue el principal argumento ofensivo bético con sus incorporaciones y de una de ellas nació el magnífico centro del gol. Es verdad que luego erró en esa suerte en varias ocasiones, pero el canterano confirmó lo que ya se vio en partidos atrás y que no es otra cosa que el paso adelante que ha dado.
Fútbol al margen, sin duda lo mejor del Betis en Huelva fue su afición. Realmente llamativas las imágenes de una hinchada que nunca falla. El aspecto del Nuevo Colombino parecía el de una final, con un estadio dividido en colores azules y verdes. Los de Mel jugaban en casa. Un plus que debe servir a un equipo que debe mejorar su fútbol para tener más probabilidades de ascenso pero que, sobre todo, tiene que ganar.