Una victoria que supone el paso casi definitivo para el objetivo de la permanencia y que llegó después de un partido muy flojo de los verdiblancos, resuelto por Rubén Castro. Todo un clásico en los últimos tiempos del conjunto heliopolitano.
Lo del '24' agota los calificativos. Más que las palabras, los números ilustran lo que representa Rubén Castro para este Betis. De los 29 goles del equipo durante toda la temporada, 17 llevan la firma del canario. Ningún delantero supone tanto para los suyos. Por enésima vez, apareció para rescatar al Betis cuando el equipo más sufría, en esta ocasión frente al Levante. Tres puntos más y objetivo casi finiquitado.
El último encuentro bético fue horrible. La cita se presentaba como la más propicia, ya que el que llegaba al Villamarín era el colista. Sin embargo no hubo demasiada diferencia futbolística entre verdiblancos y granotas. Incluso por ocasiones, los visitantes estuvieron más cerca del gol. Unas veces por su falta de puntería, otras porque regresó la mejor versión de Adán, el caso es que el cuadro bético mantuvo la portería a cero.
El principal hándicap del Betis contra el Levante fue el mismo que durante muchos partidos de la temporada. Le faltó fútbol. Los de Merino fueron un equipo demasiado largo y con distancia entre líneas, con problemas en la circulación de balón y sin continuidad en el juego en mediocampo. Sobraron conducciones y se echaron de menos pases seguros.
Origen o consecuencia, el caso es que tampoco las individuales béticas brillaron en el frente de ataque. Con la mayoría de los jugadores ofensivos casi desaparecidos, ni Joaquín ni Jorge Molina tuvieron peso en el choque, la mejor opción fue Musonda. El belga sí desbordaba y daba la sensación de crear peligro. De hecho el gol fue una arrancada suya, que posteriormente aprovechó Cejudo para poner un certero centro en la cabeza de Rubén Castro.
No está entre las virtudes de N'Diaye crear. Dani Ceballos le puso empeño y calidad aunque todavía no termina de ser el mediocentro ideal. Sus cualidades son las de un excelente mediapunta, que aprende a pasos agigantados el oficio de su posición más retrasada. Tampoco ayudó a la medular la salida de balón de los cuatro de atrás. Ni los centrales, ni Molinero ni Montoya, el catalán con la dificultad añadida de jugar a pierna cambiada, facilitaron inicio del juego.
Después de un partido gris, la alegría llegó en la recta final del encuentro con el gol en una de las pocas oportunidades. La mejor noticia para el Betis ante el Levante fue el triunfo, lo único pero lo que cuenta en estos casos. Ahora el Betis debe cerrar la permanencia cuanto antes. Dos o tres puntos, incluso menos, podrían valer para sellar el la continuidad en Primera. Luego, será el momento de empezar a construir el futuro.