Bonita historia recogida en ABC
[LEFT]Gregorio Conejo, ahora retirado en su pueblo, Valle de Abdalajís, había hecho el camino con Triana y aquel sábado de la vigilia de Pentecostés participó en la singular presentación de la hermandad ante la Virgen junto a la madrina Villamanrique por tratarse del CLXXV aniversario trianero, como documentó la foto de J. M. Serrano en la portada de ABC; compró una medallita de la Señora para cada futbolista, se las bendijeron y volvió a Sevilla para volar hacia Las Palmas de Gran Canaria.
Al día siguiente, 22 de mayo de 1988, domingo del Rocío, en el estadio Insular, su Betis, de cuya directiva había sido miembro, se jugaba la permanencia y Gregorio quiso llevar hasta las Canarias un soplo de aire marismeño…Aquel Betis, presidido por el también trianero Gerardo Martínez Retamero, había dejado ir la seguridad de Hadzibegic, la clase de Parra y el gol de Calderón, y en su lugar trajo a Sánchez Valles, José Luis y «Pato» Yáñez, más el añadido de Valentín, espoleta de un acre enfrentamiento con el Sevilla, y los inefables Fantaguzzi y Meade, futbolistas todos en manos de un inglés, John Mortimore, que en el arranque liguero ganó en Nervión pero no terminó de enterarse y una derrota en casa frente al eterno rival lo dejó visto para una sentencia que se cumplió en Sarriá tras un 4-1 del Español y un Betis al borde del KO.
Al quite, una vez más, Pedro Buenaventura con Eusebio Ríos en la sombra para planificar la siguiente temporada. El equipo, desnortado, se plantó en la última jornada jugándose la vida a tumba abierta frente al Las Palmas, aún más menesteroso.
En la aldea del Rocío, donde un periodista se quedó dormido en una bañera, se siguió muy intensamente la suerte bética. En las islas otro plumilla estaba tan nervioso antes del partido que a la hora del café confundió azúcar y sal... En el minuto 88, un gol de Calleja, antes Pepeo, tras jugadón del juvenil Zafra, dio la victoria (1-2) al Betis en Las Palmas, donde ahora vive. En el Rocío se oyó el gol por la radio cantado por Sánchez Araújo y fue entonces cuando a Pepote Rodríguez de la Borbolla, presidente de la Junta de Andalucía, que no quería oír nada, el color le volvió a la cara, como a Antonio Salas, capellán del santuario y cuñado de Vicente «Manos Mágicas» Montiel.
Conejo regresó para la triunfal procesión de la Virgen el lunes por la mañana.El Betis se salvó el domingo del Rocío de 1988. Unas sevillanas de Pedro Buenaventura lo festejaron. El equipo peregrinó para dar gracias a la Señora. Un año después no pudo con el Tenerife en la promoción. Pentecostés se había celebrado casi dos meses antes. Pero ésta y la ocurrida el domingo del Rocío de 2009 son otras historias.
Las Palmas-Betis, domingo del Roco - abcdesevilla.es[/LEFT]
[LEFT]Gregorio Conejo, ahora retirado en su pueblo, Valle de Abdalajís, había hecho el camino con Triana y aquel sábado de la vigilia de Pentecostés participó en la singular presentación de la hermandad ante la Virgen junto a la madrina Villamanrique por tratarse del CLXXV aniversario trianero, como documentó la foto de J. M. Serrano en la portada de ABC; compró una medallita de la Señora para cada futbolista, se las bendijeron y volvió a Sevilla para volar hacia Las Palmas de Gran Canaria.
Al día siguiente, 22 de mayo de 1988, domingo del Rocío, en el estadio Insular, su Betis, de cuya directiva había sido miembro, se jugaba la permanencia y Gregorio quiso llevar hasta las Canarias un soplo de aire marismeño…Aquel Betis, presidido por el también trianero Gerardo Martínez Retamero, había dejado ir la seguridad de Hadzibegic, la clase de Parra y el gol de Calderón, y en su lugar trajo a Sánchez Valles, José Luis y «Pato» Yáñez, más el añadido de Valentín, espoleta de un acre enfrentamiento con el Sevilla, y los inefables Fantaguzzi y Meade, futbolistas todos en manos de un inglés, John Mortimore, que en el arranque liguero ganó en Nervión pero no terminó de enterarse y una derrota en casa frente al eterno rival lo dejó visto para una sentencia que se cumplió en Sarriá tras un 4-1 del Español y un Betis al borde del KO.
Al quite, una vez más, Pedro Buenaventura con Eusebio Ríos en la sombra para planificar la siguiente temporada. El equipo, desnortado, se plantó en la última jornada jugándose la vida a tumba abierta frente al Las Palmas, aún más menesteroso.
En la aldea del Rocío, donde un periodista se quedó dormido en una bañera, se siguió muy intensamente la suerte bética. En las islas otro plumilla estaba tan nervioso antes del partido que a la hora del café confundió azúcar y sal... En el minuto 88, un gol de Calleja, antes Pepeo, tras jugadón del juvenil Zafra, dio la victoria (1-2) al Betis en Las Palmas, donde ahora vive. En el Rocío se oyó el gol por la radio cantado por Sánchez Araújo y fue entonces cuando a Pepote Rodríguez de la Borbolla, presidente de la Junta de Andalucía, que no quería oír nada, el color le volvió a la cara, como a Antonio Salas, capellán del santuario y cuñado de Vicente «Manos Mágicas» Montiel.
Conejo regresó para la triunfal procesión de la Virgen el lunes por la mañana.El Betis se salvó el domingo del Rocío de 1988. Unas sevillanas de Pedro Buenaventura lo festejaron. El equipo peregrinó para dar gracias a la Señora. Un año después no pudo con el Tenerife en la promoción. Pentecostés se había celebrado casi dos meses antes. Pero ésta y la ocurrida el domingo del Rocío de 2009 son otras historias.
Las Palmas-Betis, domingo del Roco - abcdesevilla.es[/LEFT]
Comentario