Empezó pronto adelantándose el equipo verdiblanco en Villarreal, más o menos a principios de julio, que fue cuando le vendimos por la friolera de 8 boniatos a nuestro mastodonte atezado y zaíno N`Diaye.
Cerca estuvieron por el verano de enjugar nuestra ventaja y empatarnos con Nahuel, aunque finalmente al ser sólo cesión y no compra quedó todo en un susto, mas el dislate del referido préstamo ha terminado pasando factura cual amonestación temprana de un defensor.

Incluso antes del inicio del encuentro, viendo la alineación de Poyete, se advertía por todos el enésimo palo de ciego que se nos avecinaba; revolución en el verde, jugadores importantes defenestrados en el banquillo e inoperantes furgolistas con la camiseta de titular. Estaba claro que el equipo partía muerto incluso antes de la contienda y enseguida se vió reflejado así durante los primeros minutos.

Muy cäbreado con el gol del empate del equipo castellonense, en serio, esos goles a traición, desde tan lejos y sin avisar, no valen. Antideportividad que lastró nuestra loable labor y el pormenorizado trabajo técnico del partido que tenía Poyete preparado durante la semana. El resto ya lo saben Vdes., un quiero y no puedo o, si lo prefieren, un no quiero porque tampoco puedo, ea, porque para lo que me queda en el convento...

El 2-1 definitivo fue otro gol antideportivo desde fuera del área pero igual lo pudo haber sido en el área chica o de gol olímpico, ya daba igual. Muchos de nosotros pensábamos que nuestro Betis estaba en la UCI intentando salvarse, pero lo cierto y verdad es que estamos en el velatorio y lo único que nos queda saber es si será por cremación o sepultura.

Os habéis cargado el Betis.