Pienso que se le ha dado demasiada caña al autor del post.
Cada uno tiene derecho a abrir los posts que quiera, mientras que tengan sentido.
Una vez dicho esto, yo entiendo perfectamente al que, por tanto como llevamos sufrido durante tantos años, tenga el miedo todavía metido en el cuerpo y no se quiera creer que esto ha cambiado. Porque el miedo es uno de los sentimientos más humanos que existen, y perderlo no es fácil.
Pero también es verdad que creo que hay que intentar mandar al miedo bien lejos y dejarse llevar por la alegría, sin perder los estribos jamás, por supuesto.
Recrearse en el partido, verlo repetido, mirar una y otra vez los goles, buscar información del partido por todos los medios deportivos para ver qué dicen de nosotros...Todo eso forma parte de un disfrute que creo saludable hacer, y hasta necesario, para limpiar la mente de tantos desengaños como llevamos sufridos.
En definitiva, creo que no está reñida la calma y el sosiego con disfrutar a tope de estas victorias y de estos vientos de cambio que parece que han llegado (que por otro lado ya era hora) al final de la Avenida de la Palmera.
Cada uno tiene derecho a abrir los posts que quiera, mientras que tengan sentido.
Una vez dicho esto, yo entiendo perfectamente al que, por tanto como llevamos sufrido durante tantos años, tenga el miedo todavía metido en el cuerpo y no se quiera creer que esto ha cambiado. Porque el miedo es uno de los sentimientos más humanos que existen, y perderlo no es fácil.
Pero también es verdad que creo que hay que intentar mandar al miedo bien lejos y dejarse llevar por la alegría, sin perder los estribos jamás, por supuesto.
Recrearse en el partido, verlo repetido, mirar una y otra vez los goles, buscar información del partido por todos los medios deportivos para ver qué dicen de nosotros...Todo eso forma parte de un disfrute que creo saludable hacer, y hasta necesario, para limpiar la mente de tantos desengaños como llevamos sufridos.
En definitiva, creo que no está reñida la calma y el sosiego con disfrutar a tope de estas victorias y de estos vientos de cambio que parece que han llegado (que por otro lado ya era hora) al final de la Avenida de la Palmera.
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