Preocupante partido del Betis que volvió a no saber encontrar soluciones en campo contrario ante un equipo replegado y al que le valió un contragolpe para ganar el partido. El equipo verdiblanco completó su partido más flojo de la temporada, otro encuentro en el que no tuvo una ocasión clara en los noventa minutos. Primeras dudas en los planteamientos de Setién.

No fue el día. Otra vez. Pasan las jornadas y la leve mejoría en el juego, y sobre todo, en los resultados se ha vuelto a desvanecer. La posesión, seña de identidad de este equipo, cada vez es más cuestionada tras un partido que deja demasiadas sombras y muy pocas luces, por no decir ninguna.

Los equipos saben cómo jugarle al Betis y el Betis, parece, que no sabe jugarle a nadie. O más bien, no sabe cómo “hacer daño” al rival. Circula el balón, gana metros, acumula jugadores en zona ofensivas pero nunca finaliza o, cuando lo hace, se precipita por nervios o ansiedad. Nunca elige bien en los momentos que hay que hacerlo. Ni bien ni rápido, y si no tocas rápido en el ataque ante un equipo replegado es imposible llegar a portería con alguna ventaja.

Se está viendo a lo largo de la temporada. El equipo rival espera, acumula jugadores en el centro y forma una muralla que el Betis no sabe derribar. El rival permite llegar al Betis por las bandas, o es más bien el equipo de Setién que circula bien el balón y sabe encontrar a sus carrileros desmarcados pero estos, hoy y durante la mayor parte de la temporada, llegan bien pero nunca con la precisión que corresponde.

Hoy Setién situó a Canales a la altura de William Carvalho para repartir responsabilidades en salida de balón y el cántabro, seguramente uno de los jugadores más en forma de la temporada, no estuvo acertado ya que su gran virtud, que es la conducción de balón, la tuvo que realizar desde muy lejos del área rival. Canales no es Guardado y no estuvo tampoco fino con el pase. Aunque seguramente fuera el que más lo intento del equipo de Setién hoy.

Sin el mexicano en el campo, el Betis pierde equilibrio y sobre todo, calma a la hora de gestionar los tiempos del partido. Hoy el Betis no tuvo paciencia, y aun así, circuló lento el balón la mayor parte del partido. Se precipitó en ataques posicionales básicos y perdió una cantidad de balones en el centro del campo inasumible para un equipo que carga con tantos jugadores en terrenos rivales. Uno de esos fue el gol que al final desniveló una balanza que parecía condenada, otra vez, al 0-0.

Volvieron a ser los centrales del Betis los jugadores con mayor criterio a la hora de circular el balín. Llegando a hacer Mandi y Sidnei, funciones de interiores vista la falta de claridad en la zona ofensiva del equipo verdiblanco. Y lo hicieron bien. Sobre todo tras el fracaso de línea de mediapuntas formada hoy por Inui y Boudebouz que estuvieron muy cubiertos, debido a la gran cantidad de jugadores en zonas centrales, y muy desacertados en la mayoría de acciones.

Setién debe comenzar a ser menos rígido con sus ideas y planteamientos ya que no están funcionando. El Betis debe empezar a ser más vertical aunque conlleve perder el control en alguna fase del partido. Debe generar opciones ofensivas para que al rival le entren las dudas. Se puede buscar el gol de distintas maneras y se ha visto esta temporada que con ataques posicionales a este Betis le cuesta un mundo marcar un gol y han sido en balones parados, disparos lejanos o contragolpes cuando el Betis ha encontrado el camino. El fútbol, o más bien, los planteamientos deben ser flexibles y el del Betis esta temporada está muy lejos de serlo. Y le está penalizando demasiado.

UNO X UNO