En este foro se le dan palos a todo el mundo, y al que más al entrenador... entre una de las cuestiones por la falta absoluta de autocrítica (yo también se lo achaco). Pero me gustaría algún día que supieramos predicar con el ejemplo e hicieramos un poco de autocrítica.
Parece que a la afición no se le puede tocar. Y analizar algunas cuestiones no significa enmendar la mayor y decir que somos una ****** de afición: no se le puede reprochar ni el amor, ni la asistencia, ni el seguimiento, ni la pasión de esta afición. Lo digo para aquellos que piensen que una afición apoye se mide solo por lo que meta en el campo en segunda, en primera y en Europa. Para medir el apoyo de una afición también importan muchas cosas.
Y lo que veo yo es un estadio lleno eternamente frustrado. Lo que es una clara MESTALLIZACIÓN del Villamarín. Es responsabilidad de todos: los directivos que hasta ahora nos han agriado el carácter con años de vergüenza futbolística, los propios asistentes al campo, incluso el vecino y sus años de opulencia. Todos somos responsables de esto, y no es cuestión de poner excusas a lo Setién. Hoy día hay plantilla (como el tiene) para apoyar más y hacer del Villamarín un estadio más alegre.
Ayer no fue tanto la frustración y el enfado con el equipo, fue más por el árbitro. Y una muy limitadita animación por parte de la mayoría para que el equipo marcara el segundo pese a que atacó bastante, mucho más que otros partidos.
Claramente hay una mayoría que o permanece callado o pita a quien toque. Esos son sus únicos dos registros: pitar o callar. Yo creo que lo ideal es que hubiera tres: callar, animar o pitar. Y que animar sea la dominante en la mayoría de variables del juego. Esa es mi forma de ver el fútbol en el campo.
Un amigo mío rondeño, que ha venido a Sevilla a trabajar, muy futbolero... se ha hecho el carné del Betis por simpatía mayor que con el vecino (es del Atleti). Me ha dicho que disfruta con el juego y la animación en los momentos de alegría, pero que no se lo saca más: no soporta la crispación con la que sale si no se gana. Él se irá, y me importa tres pepinos su relación con el Betis, pero yo me quedaré siendo socio y no puedo permitir ver la mestallización de mi estadio. Salgo cabreado doblemente cuando no se gana: por los puntos y por la afición. Y a veces también cuando se gana: porque solo se ha apoyado cuando ibamos ganando.
Abro este hilo de reflexión sobre este tema, y para mi, junto a otras cosas del club, una de las cosas más importantes a trabajar para TODO EL BETICISMO: evitar la MESTALLIZACIÓN del Villamarín.
Parece que a la afición no se le puede tocar. Y analizar algunas cuestiones no significa enmendar la mayor y decir que somos una ****** de afición: no se le puede reprochar ni el amor, ni la asistencia, ni el seguimiento, ni la pasión de esta afición. Lo digo para aquellos que piensen que una afición apoye se mide solo por lo que meta en el campo en segunda, en primera y en Europa. Para medir el apoyo de una afición también importan muchas cosas.
Y lo que veo yo es un estadio lleno eternamente frustrado. Lo que es una clara MESTALLIZACIÓN del Villamarín. Es responsabilidad de todos: los directivos que hasta ahora nos han agriado el carácter con años de vergüenza futbolística, los propios asistentes al campo, incluso el vecino y sus años de opulencia. Todos somos responsables de esto, y no es cuestión de poner excusas a lo Setién. Hoy día hay plantilla (como el tiene) para apoyar más y hacer del Villamarín un estadio más alegre.
Ayer no fue tanto la frustración y el enfado con el equipo, fue más por el árbitro. Y una muy limitadita animación por parte de la mayoría para que el equipo marcara el segundo pese a que atacó bastante, mucho más que otros partidos.
Claramente hay una mayoría que o permanece callado o pita a quien toque. Esos son sus únicos dos registros: pitar o callar. Yo creo que lo ideal es que hubiera tres: callar, animar o pitar. Y que animar sea la dominante en la mayoría de variables del juego. Esa es mi forma de ver el fútbol en el campo.
Un amigo mío rondeño, que ha venido a Sevilla a trabajar, muy futbolero... se ha hecho el carné del Betis por simpatía mayor que con el vecino (es del Atleti). Me ha dicho que disfruta con el juego y la animación en los momentos de alegría, pero que no se lo saca más: no soporta la crispación con la que sale si no se gana. Él se irá, y me importa tres pepinos su relación con el Betis, pero yo me quedaré siendo socio y no puedo permitir ver la mestallización de mi estadio. Salgo cabreado doblemente cuando no se gana: por los puntos y por la afición. Y a veces también cuando se gana: porque solo se ha apoyado cuando ibamos ganando.
Abro este hilo de reflexión sobre este tema, y para mi, junto a otras cosas del club, una de las cosas más importantes a trabajar para TODO EL BETICISMO: evitar la MESTALLIZACIÓN del Villamarín.
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