20 minutos de inspiración del capitán del Betis hicieron estallar al Villamarín como hacía tiempo que no lo hacía. El Betis, fiel a sí mismo, terminó sufriendo un partido que pudo haber cerrado en la primera parte y que fue el propio equipo verdiblanco quien, por medio de un penalti infantil, metió al Athletic en el partido. Tercera victoria consecutiva que hace, por primera vez en la temporada, que el equipo verdiblanco ya miré de tú a tú los puestos nobles de la clasificación.

Confianza. Es lo que le faltaba a este equipo para comenzar a volar. Confianza en llegar a balones que antes no se llegaban como ese balón que Emerson encontró en el primer minuto para el primer gol de Joaquín. Confianza en ese disparo que antes repelía el poste hacia fuera y hoy, ese rebote iba hacia dentro de la portería como en el segundo de Joaquín. Y confianza en creer, creer en ir hacia delante, como ese balón que roba Guardado para el tercero de Joaquín. Con confianza este equipo es temible y así lo ha demostrado en la primera media hora de partido.

La previa del partido comenzó mal para el Betis. La noticia de la baja de Fekir era muy sensible para los intereses verdiblancos y la entrada de Laínez, sorprendentemente, cambió el sistema del equipo. Laínez y Joaquín jugaron a pierna cambiada en una posición de casi dos media puntas cuando los dos laterales subían y hacían la banda suya. El Betis perdió uno de sus mejores centradores, pero encontró otra versión de Joaquín: el Joaquín más decisivo de cara al gol.

El Betis se puso 3-0 con un juego de rapidísimas transiciones, se vio al equipo más vertical de la temporada. Atacando y presionando muy agresivamente a un Athletic que adelantaba demasiado la línea defensiva y dejaba muchos espacios para correr al equipo de Rubí. Guardado, que culminó un partido de sobresaliente, supo siempre encontrar al hombre liberado y el Betis atacó muy bien las debilidades defensivas de los bilbaínos.

Con el 3-0, el Betis con la confianza del resultado, bajo revoluciones y se permitió jugar más el balón con más lentitud. Algo que fue contraproducente porque dio espacio a la reacción de los leones que empezaron a atacar con mayor sentido y generar peligro en el área de Joel. Un peligro bastante leve ya que fue el Betis quien tuvo la ocasión más clara y la que debía sentenciar el partido, pero Guardado falló, Alex Moreno cometió un error de juvenil y el Athletic se fue al descanso creyendo que se podía remontar.

En la segunda parte el Betis realizó un mejor trabajo colectivo que en la primera a la hora de manejar el partido. Pasó apuros al comienzo, pero según avanzaban los minutos supo manejar mucho mejor los tempos y lo que pedía el partido. Hasta que pasaron dos cosas: el cambio de Kaptoum que alejó a Canales de la zona de organización, el Betis comenzó a perder el balón y segundo un gol que surgió cuando el Athletic ya bajaba los brazos. A partir de ahí, como ante el Mallorca el Betis tuvo que apretar los dientes y aguantar. Y lo hizo con más aplomo que en la isla.
Tres de tres. Nueve de nueve. Y el Betis ya está ahí. A seguir.


El uno a uno: