Creo que es mejor evitar palabras que de tan sobadas ya han perdido significado en un determinado contexto y ser más concreto.
Ejemplo: que hoy el presidente del Betis diga que ojito que ya no estamos echando cuentas para el descenso como un mérito es un pésimo síntoma. Transmite que con no bajar, pues oye, que ni tan mal. Y si ése es el mensaje del máximo dirigente del club, imagínense lo que circulará por dentro. Y eso llega al jugador, por supuesto. Ese tipo de discurso debiera estar desterrado y el que lo pronuncie puesto de patitas en la calle de ser posible.

es que si cambias todo el vocabulario futbolístico y de nombres propios por dicción religiosa me creo que es un artículo de las revistas que dan los testigos de jehová en la puerta del corte inglés.

creo que ya conoces la opinión mía acerca de este periodista, y yo la tuya del que escribe en la sección sevilla; obviando colores...la noche y el día.

Lo mío del de la otra acera no es una opinión, es que lo he visto comportarse en una grada en un par de derbis. Últimamente no lo he visto, eso sí.

entre el más madera de pepe elías y los artículos de este señor futuro triste se le presenta al betis.
no se puede ser más tendencioso al escribir, aunque a mi no me sorprende.

Pues no hace malos análisis de los partidos en Diario de Sevilla. Es verdad que el nivelito sobre el juego de los que cubren nuestro equipo en medios de comunicación masivos es lamentable.

PD: ya escuché el podcast sobre la cantera, interesantísimo lo que cuenta el segundo entrevistado sobre el sistema brasileño y lo de no poder separar competición de formación y lo difícil que es evaluar el impacto de los entrenadores de cantera en el crecimiento de un jugador (aunque creo que ya en juvenil o filial sí que es más evidente). Me parecería una medida intersante, y ya la he leído/escuchado antes, que clubes profesionales no puedan tener equipos antes del F11 (controlando a rajatabla satélites, claro). Creo que un émulo de lo de la Copinha sería una "copa del rey" de filiales para la que se clasificarían los equipos que tengan filial por la clasificación de su DH la temporada anterior. Sería bastante divertida además.

con el híbrido de edgar tenía un cacao, justo lo contrario de lo que realmente ocurría.., y bueno, obviando el análisis...las entrevistas a javi garcía este verano, a bartra, lo que publica en su cuenta de twitter (si es que no te bloquea antes aunque le respondas educadamente), que es principalmente a lo que me refiero.

cuando un periodista va a entrevistar a alguien y no escucha al entrevistado sino que casi lo fuerzas con tus preguntas a que refuerce tu opinión, no eres más que un tendencioso.

PD: sabía que te iba a gustar, ya me dirás del resto sí los terminas escuchando.

Si yo no te digo que esté pa escribir en Panenka o salir en Tactical Room, pero es que lees a PacoPepeOrtega en ése mismo medio o los de AFDLP (no consumo más prensa que ésa) y parece Áxel Torres por comparación.

PD: Mañana empiezo el del fútbol italiano.

LA PANORÁMICA

Ser exigente

El bético exigente entiende que criticar la gestión deportiva no es atacar al Betis

JUAN PINTO

12 Feb 2020*02:31

El Betis camina en el presente curso por la mediocridad más absoluta. La eliminación en dieciseisavos de final de la Copa del Rey por el Rayo Vallecano y el actual puesto decimotercero en la clasificación provocan desazón y hastío en la afición verdiblanca, que ve cómo el crecimiento deportivo, el que vale, no acaba de llegar por ahora. Y dentro de esa parroquia hay una corriente de aficionados cada vez mayor que se rebelan ante tanta vulgaridad, que siguen abriendo los ojos, que no quieren conformismo y no tragan con todo, y buscan un único fin, abandonar el Betis de siempre para dar paso a un Betis campeón. Es la figura del bético exigente.

¿Y cómo es el bético exigente? El exigente es inconformista, quiere más y más; no vive en el victimismo constante; prefiere buenos jugadores antes que buenos despachos; le rechinan frases como que "el Betis siempre vuelve", porque significa que siempre se va; el exigente no quiere hacerse del Madrid para ganar títulos; el exigente se da cuenta de cómo la clase dirigente de su equipo ha usado muchas veces, no ahora, también en el pasado, el sentimiento bético de apoyar al Betis para seguir en la poltrona y tapar gestiones deportivas mediocres.

Y hay más: el bético exigente es el que tiene claro que criticar la gestión deportiva del dirigente de turno no es atacar al Betis; el exigente es el que sólo entiende el*Manquepierda*si va ligado a un Betis campeón; el exigente ve cómo en 2020 todos los clubes crecen en presupuestos e infraestructuras y no traga con el crecimiento económico, de infraestructuras o clasificaciones ficticias y al margen de la única que vale, la de la Liga.

El exigente entiende que su club debe respirar fútbol y Betis en cada esquina para que no haya relajación alguna en los profesionales del terreno de juego y éstos bajen su rendimiento tras llegar de triunfar en otros clubes al percibir el ambiente que se respira en Heliópolis (ha pasado en infinidad de ocasiones en diferentes etapas de la historia bética y sigue pasando); el exigente es el que quiere un cambio de mentalidad e idiosincrasia en su club en busca de ese gen y ADN ganador y competitivo tan necesario para crecer; el exigente es el que quiere que se respeten a los símbolos y leyendas que tanto le dieron a su club en busca de un Betis campeón; es el que vive el Betis 24 horas al día pensando en cómo hacerlo cada vez más grande; es el que desea que su club esté perfectamente representado por sus dirigentes en todos los campos y estamentos del fútbol español para ser una entidad respetada.

El bético exigente no es de nadie, ni de Lopera, ni de ABA, sólo del Betis y sin ningún interés, está cansado de tanta paciencia, de excusas infinitas, de ver cómo las vitrinas siguen sin abrirse, de cómo se justifica todo para seguir navegando en la mediocridad...

Eso es ser exigente, sin más. Una forma más de vivir, entender y amar el Betis encaminada sólo hacia lograr grandeza deportiva, cambiar la historia de una vez por todas, ser un club donde ganar sea algo habitual, con viveza y maldad competitiva. En definitiva, lo que de verdad debe ser el Betis, ese Betis que sea un orgullo para su gente, el campeón, con exigencia.



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De acuerdo en todo lo escrito en este artículo, sus palabras bien podrían ser las mías o las de cualquier bético exigente e inconformista que no está de acuerdo con toda esta mediocridad y falta de ambición que nos rodea no solo de ahora.

Un club que navega en la inoperancia y en la falta de ambición temporada tras temporada, más ridículo en copa incluido y en el puesto 13, y que el entrenador se siga sentando semana tras semana en el banquillo Y encima oír q confían en él, no sé si eso es tomarle el pelo a los béticos o es simplemente tener la cara como el cemento armado.