La conversión de los clubes profesionales a S.A.D. se remonta a finales de los 80, donde para intentar paliar una creciente deuda de éstos, se les obligó a convertirse en SAD, excepto los que su balance de cuentas fuera positivo en los años anteriores, que fue el caso de Madrid, Barça, Athletic y Osasuna, que a día de hoy son los únicos clubes profesionales que no son SAD. Desde entonces se ha obligado la formación como SAD a cualquier club que entrara en las ligas profesionales (1ª y 2ª).
Ya está cambiando y se está dejando de exigir, viendo que una S.A.D. no es sinónimo de buena gestión. La única ventaja que guarda es el as bajo la manga del concurso de acreedores para evitar la desaparición de un equipo en caso extremo.
A la vista de los últimos tiempos del fútbol en general, la entrada de petrodólares y nuevos ricos que quieren jugar al PC Fútbol y cuando se cansan dejan los clubes desahuciados y al borde de la desaparción, por ejemplo el Málaga, o que dinamitan el mercado sin control, como PSG o City, o que entra capital solamente para hacer negocio, como el Valencia. Está claro que el fútbol es un negocio, y potente además, pero ayer leyendo en Marca la noticia de la dimisión de César como DD del Valencia, leí en los comentarios uno desolador, pero que me identifica. Decía: "este ya no es mi Valencia, ni sufro en las derrotas, ni me alegro en las victorias, [...], vale la pena empezar en segunda regional adheridos y volver a tener ilusión". En el Betis no ha entrado un millonario de las antípodas del planeta, pero ese es un sentimiento que creo que empieza a ser común entre la afición bética. El que hemos dejado de ser aficionados y socios, para pasar a ser clientes de una sociendad mercantil que nos vende un producto como entretenimiento, pero sin ilusión, ni fidelidad ni apego, donde el socio no es más que un cliente. Encima está la noticia de Belenguer, el holding futbolístico asiático... ¿vamos al escenario del Valencia 2.0?
En el Betis, tenemos la particularidad de que los accionistas mayoritarios que aparecen, con grandilocuencia prometen hacer un Betis grande, pero que a la postre el Betis se convierte en una herramienta para satisfacer su ego e impulsar sus negocios personales, y al que no nos quitamos de encima ni con agua caliente.
Ante estos escenarios, y teniendo en cuenta las particularidades de este club, donde las acciones están más o menos repartidas, ¿pero no sería mejor disolver la SAD y volver a ser un club deportivo? Que la presidencia se elija desde los socios.
Hay buenos ejemplos de clubes gestionados en forma de S.A.D., como el Eibar, y por otro lado está claro que como club deportivo siempre puede entrar como presidente un Bartomeu de la vida y dejar el club hecho trizas igualmente, ninguno de los dos sistemas es mejor que otro per se, pero sabes que los 4 años se largará, o incluso puedes dotar de herramientas como la moción de censura y cesar a la directiva si ves que no está haciendo las cosas bien. Y todas estas decisiones en manos de los socios, no de accionistas, que por muy béticos que sean, no creo que alguien sea más bético o quiera lo mejor para el club en función de cuánto dinero tiene y de cuántas acciones puede comprar. Por tanto, si se quiere empezar por los cimientos, como puede ser una dirección deportiva competente y constrastada, yo creo que para tener eso primero hay que darle el club a los socios, y que realmente sientan el aliento en el cogote quien se siente en el palco, de que en el momento que no hagan las cosas bien, se irán cuando nosotros queramos, no cuando ellos quieran.
Ya está cambiando y se está dejando de exigir, viendo que una S.A.D. no es sinónimo de buena gestión. La única ventaja que guarda es el as bajo la manga del concurso de acreedores para evitar la desaparición de un equipo en caso extremo.
A la vista de los últimos tiempos del fútbol en general, la entrada de petrodólares y nuevos ricos que quieren jugar al PC Fútbol y cuando se cansan dejan los clubes desahuciados y al borde de la desaparción, por ejemplo el Málaga, o que dinamitan el mercado sin control, como PSG o City, o que entra capital solamente para hacer negocio, como el Valencia. Está claro que el fútbol es un negocio, y potente además, pero ayer leyendo en Marca la noticia de la dimisión de César como DD del Valencia, leí en los comentarios uno desolador, pero que me identifica. Decía: "este ya no es mi Valencia, ni sufro en las derrotas, ni me alegro en las victorias, [...], vale la pena empezar en segunda regional adheridos y volver a tener ilusión". En el Betis no ha entrado un millonario de las antípodas del planeta, pero ese es un sentimiento que creo que empieza a ser común entre la afición bética. El que hemos dejado de ser aficionados y socios, para pasar a ser clientes de una sociendad mercantil que nos vende un producto como entretenimiento, pero sin ilusión, ni fidelidad ni apego, donde el socio no es más que un cliente. Encima está la noticia de Belenguer, el holding futbolístico asiático... ¿vamos al escenario del Valencia 2.0?
En el Betis, tenemos la particularidad de que los accionistas mayoritarios que aparecen, con grandilocuencia prometen hacer un Betis grande, pero que a la postre el Betis se convierte en una herramienta para satisfacer su ego e impulsar sus negocios personales, y al que no nos quitamos de encima ni con agua caliente.
Ante estos escenarios, y teniendo en cuenta las particularidades de este club, donde las acciones están más o menos repartidas, ¿pero no sería mejor disolver la SAD y volver a ser un club deportivo? Que la presidencia se elija desde los socios.
Hay buenos ejemplos de clubes gestionados en forma de S.A.D., como el Eibar, y por otro lado está claro que como club deportivo siempre puede entrar como presidente un Bartomeu de la vida y dejar el club hecho trizas igualmente, ninguno de los dos sistemas es mejor que otro per se, pero sabes que los 4 años se largará, o incluso puedes dotar de herramientas como la moción de censura y cesar a la directiva si ves que no está haciendo las cosas bien. Y todas estas decisiones en manos de los socios, no de accionistas, que por muy béticos que sean, no creo que alguien sea más bético o quiera lo mejor para el club en función de cuánto dinero tiene y de cuántas acciones puede comprar. Por tanto, si se quiere empezar por los cimientos, como puede ser una dirección deportiva competente y constrastada, yo creo que para tener eso primero hay que darle el club a los socios, y que realmente sientan el aliento en el cogote quien se siente en el palco, de que en el momento que no hagan las cosas bien, se irán cuando nosotros queramos, no cuando ellos quieran.
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