Reconozco que me ilusiona la venta de Carvalho, más allá de por lo obvio, porque albergo alguna vaga esperanza de que haya una bomba loperiana a última hora, cosa que no va a suceder. Estoy ahora mismo en el umbral de lo que viene siendo el "subijón".
Increíble la mella que dejó el ditero en nuestro espíritu. Ni un 31 de agosto sin la esperanza de ver un paracaídas sobre el Villamarín, y ya se sabe lo que dijo Nietzsche de la esperanza.
Increíble la mella que dejó el ditero en nuestro espíritu. Ni un 31 de agosto sin la esperanza de ver un paracaídas sobre el Villamarín, y ya se sabe lo que dijo Nietzsche de la esperanza.
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