Los cambios en el Betis se suceden semana tras semana. El tiempo es convulso pero por evolución, no por impactos que deterioran su camino, como sucedía antaño. Habrá caras nuevas y noticias de calado económico, pero todo se lleva con sigilo y sin precipitaciones. Han sido muchos los años en los que esta empresa ha funcionado por debajo de su rendimiento y la optimización actual requiere tiempo. Varios cambios llegarán en las próximas semanas y afectan a múltiples factores del Betis y su entorno. Uno de ellos es la composición del consejo de administración. Como se anunció, se verá renovado en abril y entrarán nuevos miembros. Aún no están definidas las salidas, pero se da por hecho que entre dos y tres consejeros actuales dejarán sus cargos para dar paso a la siguiente etapa. Además, también se esperan variaciones en la administración judicial de las acciones a partir de ese punto y, en el aspecto económico, el club ultima trascendentes patrocinios que darán estabilidad financiera a una entidad que está inmersa en la Ley Concursal.
Ocurre que la renovación del consejo debe llegar a finales del mes de abril, cuando se ha fijado la Junta Ordinaria de Accionistas que no pudo celebrarse en diciembre de 2010. Entonces se defenderán las cuentas de anteriores consejos y se presentarán los presupuestos de la campaña actual. Ahí se producirá el relevo de varios consejeros que dieron el valiente paso inicial para arrancar el proyecto pero que darán ahora uno a un lado para dejar paso a otros perfiles. Ese momento también servirá, según indican varias fuentes, para que la administración judicial de las acciones de Farusa pueda cambiar sustancialmente, ya que la labor de ésta podría reducirse a fiscalizar los movimientos del club y no a liderarlos, como hacen ahora con la presencia de Rafael Gordillo y José Antonio Bosch en la directiva y Luis Ruiz de Huidobro al frente del consejo asesor. Lo que se espera es que de estos tres administradores sólo quede uno en sus funciones en un futuro muy cercano y ello alimenta la ubicación de Gordillo como presidente honorífico del Betis para asumir sólo funciones de representatividad después de haber hecho una labor importantísima en este tiempo tan arriesgado.
Además de todo ello, el club está intensificando las gestiones para exprimir los patrocinios que tiene firmados y buscar otros nuevos con marcas que quieran aprovechar el escaparate que hoy en día representa el Betis por los valores de fidelidad, simpatía y crecimiento que se vinculan a este club. Ya se ha filtrado un acuerdo, aún no firmado, con la empresa cervecera Cruzcampo para hacer más sólido el acuerdo de patrocinio que debe reportar interesantes cantidades de forma inmediata para el club, pero en estos días también se ha transitado por los puentes de diálogo con Seat, otra empresa que ya patrocina al Betis, para evaluar las condiciones teniendo en cuenta la evolución de este acuerdo. Y hay también conversaciones con otras empresas locales de amplio calado que quieren ayudar al Betis en esta delicada situación económica y que podrían hacerse cargo del patrocinio de lugares llamativos como las calzonas de los jugadores o el propio nombre del estadio. Con estas partidas el Betis confía en obtener los ingresos necesarios para llegar a final de temporada (en el club llevan tiempo convencidos de que no habrá ningún problema) y sembrar para que el año que viene en Primera esta financiación pueda ser potenciada si cabe.
La salida de Finidi
Y otra modificación que llegará más pronto que tarde es la salida de Finidi de la dirección deportiva. El nigeriano fue contratado a precio fuera de mercado por Luis Oliver y sigue residiendo en Palma con funciones muy por debajo del salario que se estipuló en su día. Las conversaciones que se han tenido con él no han sido fructíferas y el problema se ubica en la redacción y condiciones de su contrato, ya que está firmado como personal deportivo, por lo que tendrían que respetarle todo el contrato de la temporada en caso de despedirlo. Habrá nuevos diálogos en próximas fechas para ver qué sucede con este ex jugador, golpe de efecto de cara a la galería de Oliver en los estertores de su gestión, y que ha supuesto una pesada carga en forma de herencia para las arcas verdiblancas ya que su labor está bien cubierta por los integrantes de la actual dirección deportiva.
Los cambios que se avecinan
Ocurre que la renovación del consejo debe llegar a finales del mes de abril, cuando se ha fijado la Junta Ordinaria de Accionistas que no pudo celebrarse en diciembre de 2010. Entonces se defenderán las cuentas de anteriores consejos y se presentarán los presupuestos de la campaña actual. Ahí se producirá el relevo de varios consejeros que dieron el valiente paso inicial para arrancar el proyecto pero que darán ahora uno a un lado para dejar paso a otros perfiles. Ese momento también servirá, según indican varias fuentes, para que la administración judicial de las acciones de Farusa pueda cambiar sustancialmente, ya que la labor de ésta podría reducirse a fiscalizar los movimientos del club y no a liderarlos, como hacen ahora con la presencia de Rafael Gordillo y José Antonio Bosch en la directiva y Luis Ruiz de Huidobro al frente del consejo asesor. Lo que se espera es que de estos tres administradores sólo quede uno en sus funciones en un futuro muy cercano y ello alimenta la ubicación de Gordillo como presidente honorífico del Betis para asumir sólo funciones de representatividad después de haber hecho una labor importantísima en este tiempo tan arriesgado.
Además de todo ello, el club está intensificando las gestiones para exprimir los patrocinios que tiene firmados y buscar otros nuevos con marcas que quieran aprovechar el escaparate que hoy en día representa el Betis por los valores de fidelidad, simpatía y crecimiento que se vinculan a este club. Ya se ha filtrado un acuerdo, aún no firmado, con la empresa cervecera Cruzcampo para hacer más sólido el acuerdo de patrocinio que debe reportar interesantes cantidades de forma inmediata para el club, pero en estos días también se ha transitado por los puentes de diálogo con Seat, otra empresa que ya patrocina al Betis, para evaluar las condiciones teniendo en cuenta la evolución de este acuerdo. Y hay también conversaciones con otras empresas locales de amplio calado que quieren ayudar al Betis en esta delicada situación económica y que podrían hacerse cargo del patrocinio de lugares llamativos como las calzonas de los jugadores o el propio nombre del estadio. Con estas partidas el Betis confía en obtener los ingresos necesarios para llegar a final de temporada (en el club llevan tiempo convencidos de que no habrá ningún problema) y sembrar para que el año que viene en Primera esta financiación pueda ser potenciada si cabe.
La salida de Finidi
Y otra modificación que llegará más pronto que tarde es la salida de Finidi de la dirección deportiva. El nigeriano fue contratado a precio fuera de mercado por Luis Oliver y sigue residiendo en Palma con funciones muy por debajo del salario que se estipuló en su día. Las conversaciones que se han tenido con él no han sido fructíferas y el problema se ubica en la redacción y condiciones de su contrato, ya que está firmado como personal deportivo, por lo que tendrían que respetarle todo el contrato de la temporada en caso de despedirlo. Habrá nuevos diálogos en próximas fechas para ver qué sucede con este ex jugador, golpe de efecto de cara a la galería de Oliver en los estertores de su gestión, y que ha supuesto una pesada carga en forma de herencia para las arcas verdiblancas ya que su labor está bien cubierta por los integrantes de la actual dirección deportiva.
Los cambios que se avecinan