Si la situación no fuera seria, podríamos bromear con la famosa frase de los trileros “¿Dónde está la bolita, aquí o aquí?”. Desde que la RFEF quitara las competencias en materia de futbol sala a la LNFS, creándose luchas entre ambos organismos, más pendientes en intereses partidistas que de dar soluciones y la falta de consenso con el Consejo Superior de Deportes, el mundo del futbol sala se encuentra a la espera de una solución inmediata para el inicio de la competición liguera.
La fecha fijada para el 5 de septiembre, queda suspendida temporalmente que no retrasada hasta que exista un protocolo anti covid-19. La suspensión de partidos amistosos de pretemporada complica la preparación de los equipos de cara a la próxima campaña, la ausencia de protocolos sanitarios pone en jaque a muchos clubes que tienen que mantener a trabajadores que viven de esto.
A la precaria situación económica derivada de la pandemia, se une la suspensión temporal de la competición y el desconocimiento del inicio con lo que los clubes se encuentran al límite de recursos.
Urge la implantación de protocolos anti covid-19, redactar el calendario para la temporada 2020/21 y poner fecha de comienzo para paliar en la medida de lo posible el daño que está ocasionando la pandemia.
El Real Betis Futsal, continua con los entrenamientos con la mirada puesta en su debut en primera división, un debut que al menos a corto plazo se prevé sin público, para ello se deberá aprobar el borrador realizado por el CSD, borrador que a buen seguro no estará exento de polémica por el coste económico que supondrá para los clubes.
El futbol sala no es menos que otros deportes, merece el máximo respeto porque entre otras cosas da de comer a muchas familias.