Sala de análisis. Los cimientos. Real Betis – Villarreal CF

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La grandeza de una institución radica en la categoría de sus elementos más pequeños, en la fuerza de voluntad y profesionalidad de esas personas que, a menudo, pasan desapercibidas.

Solemos fijar nuestra atención en los protagonistas de las hazañas históricas que nos hacen soñar. Los focos se dirigen al abrazo tras el gol, a la parada imposible, al penalti inolvidable. Pero cuando se apagan las luces, cuando nadie mira, hay quienes siguen trabajando. Quienes, como si de una obra arquitectónica se tratara, continúan colocando los ladrillos en silencio. Pequeños ladrillos que con el tiempo darán paso a una majestuosa catedral. Pasito a pasito, detalle a detalle, ladrillo a ladrillo.

La Giralda, torre campanario de la Catedral, es sin duda una de las maravillas de Sevilla. Mide 104,1 metros de altura, contando con la estatua de bronce que la corona; el Giraldillo quien por belleza y situación estratégica se merece toda la fama. Durante muchos siglos fue nuestra Giralda la torre más alta de toda España y una de las más altas de Europa, por ello, cuando hace unos años unas perforaciones demostraron que sus muros están realizados exclusivamente con ladrillos la sorpresa de los arquitectos fue mayúscula, ya que pensaban que se trataría, para una obra de 2,20 de espesor de dos muros con una gruesa capa de relleno; pero no, «la pared es maciza de ladrillos», explicaba con sorpresa entonces Francisco Sánchez, restaurador de la obra, a Diario de Sevilla *.

El humilde ladrillo como pilar básico de una genialidad como símbolo para poner en valor el trabajo en la sombra del profesional que cuida cada pincelada de su desempeño. Pasito a pasito, detalle a detalle, ladrillo a ladrillo. Entregar todo el cariño en el trabajo individual como muestra de respeto, exigencia y profesionalidad. En silencio.

Más que nunca en estos tiempos donde aparentemente solo se valora lo económico, serán aquellas empresas, instituciones o clubes que cuenten con este tipo de personas las que podrán cimentar su crecimiento sobre la seguridad del amor por lo que se defiende como propio. Los primeros en llegar, los últimos en irse, los que ponen la voz, los que responden al email, los que reponen el agua, los que hacen que todo esté limpio y ordenado, los que arreglan desperfectos, los que apagan las luces, los que las encienden, los que te saludan al llegar, los que te dicen hasta mañana.

Contar con profesionales que cuiden los detalles en el trabajo poniendo toda su atención, pero que igualmente cuiden lo personal con ese genuino rasgo de cortesía, amabilidad y respeto será, estoy absolutamente convencido, lo que marcará la diferencia.

Es necesario cuidar y valorar a esas personas paradigma de humildad que, con su sonrisa, nos ayudan a mejorar diariamente. Indispensables, como los cimientos de una catedral, nos recuerdan con su ejemplo que, cuando ponemos pasión en lo que hacemos, somos capaces de realizar nuestros sueños.

Jesús Botello

Profesor RFEF- Analista Deportivo- Autor de los libros “Scouting Deportivo” y “El estratega”

*https://www.diariodesevilla.es/sevilla/muros-Giralda-macizos-ladrillo-video_0_1213679152.html