Buenos Aires, mi primera vez (y V). Hasta pronto.
Pasado el ajetreo de Ezeiza y sus controles de maletas y pasaportes, una vez ubicado en el asiento del avión que tiene como destino la vuelta al hogar y a la rutina, tienes 11 horas y media por delante que ocupar como puedas. Toda la noche ante ti para pensar, recordar, asimilar lo vivido, y como “de bien nacido es ser agradecido”, haces una lista mental para situar en su lugar a todas y cada una de las personas a las que quieres agradecer que hayan contribuido a hacer, dentro de sus posibilidades, que este viaje de apenas dos semanas y media se haya convertido en una suerte de rito iniciático, de experiencia de vida.
Héroes y heroínas anónimos/as que forman parte de una sociedad desequilibrada en lo social y económico, pero muy culta, y sobre todo humana. La borrachera de humanidad ha sido tan intensa que unas breves líneas no bastan para expresar todos los sentimientos que se han acumulado durante los pasados 17 días previos a este 15 de febrero de 2010, y que afloran cuando el avión se levanta y sobrevuela el conurbano bonaerense en dirección al inmenso Río de la Plata que fluye sin cesar.
La familia Carranza y sus atenciones, a este lado y al otro del Atlántico; su cariño, su dulzura y su saber estar les hacen acreedores de nuestra consideración y amor para toda la vida, el encuentro en Ezeiza, el asado maravilloso de Ale en Ituzaingó, las sabias manos de Ine en la cocina, el paseo por Tigre con Manu y San, las risas de Malena, Gonzi, Machu y Nicolita, las charlas impagables con Humberto…..La familia Gentile y su pasión por San Lorenzo, sus cuidados, su predisposición a la ayuda, su perfecta acogida, su asado, su simpatía a raudales, ese paseo en coche con Isabel Pantoja a todo volumen en el reproductor de cd a las 3 de la mañana por la Avenida de Córdoba (verídico)……Florencia y nuestro almuerzo express en Patio Bullrich; nunca una conversación de una hora nos ofreció tanto, mientras su libro ocupa un lugar destacado en nuestra biblioteca, su persona tendrá un lugar aún más especial en nuestras oraciones….
Graciela y familia, gracias por recordar, por regalarnos un trozo del pasado y por ayudar a cerrar heridas y soltar lastres…..A la familia Rosso, que en la calidez de su hogar vivimos momentos emotivos, reencuentros inolvidables…..A la familia Sánchez, que nos hicieron mucho más fácil nuestra estancia en la Argentina, atentos, cordiales y cariñosos a más no poder, los dibujos de Camila ya están en un lugar de honor.
Uli y Luis, dueños por derecho propio de Pili, a la que han cuidado como una más de la familia durante 5 años. Eterno agradecimiento. A Emilio y Laura por la cena y la charla en Parque Chacabuco. Elsa y su familia, por el suculento almuerzo en su casa familiar, y Romina, su mamá, su papá, y su precioso bebé, por esa merienda en Alto Palermo. Al director de AMIA por su atención y comprensión en ese momento tan especial y tan difícil. A Ro Sananes, que en sólo una hora nos regaló risas maravillosas y momentos divertidos con sus hijos, a Marina Lemlich por ser como es, a Luisa por su excelente trabajo durante 17 días. A la familia Ojeda, por todo lo que ellos/as saben que significan para nosotros/as.
Oscurece con rapidez, la leve silueta de Sudamérica se pierde a través de la ventanilla del avión. Sólo queda pedir tener salud y posibilidades para repetir lo más pronto posible. Cuatro palabras para finalizar, “hasta pronto, os queremos”. V y F.
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