Soy el socio nº 4.876 del Real Betis. O más bien debería decir era. Se acabó. He aguantado demasiado. La temporada que viene éste que viste y calza no renueva su abono. Nada tiene que ver el descenso (he visto muchas veces en Heliópolis al Palamós o al Éibar). Ni que el precio del carné sea el mismo que en Primera. Ni que la camiseta, siendo de marca propia, sea la más cara de España. Ni que el estadio esté a medio hacer (¿No les ha dado envidia ver las nuevas instalaciones del Espanyol?). Ni que se vayan los mejores jugadores (hay que sacar el dinero que no darán las televisiones)... No renuevo el abono porque yo quiero ser socio del Real Betis. Y el Betis está secuestrado. Ya no debería ni llamarse así (para no mancillar tan excelsa denominación). El que está en Segunda es el Farusa (o Encadesa, o Tegasa, o Lopera) Balompié.

Y aunque duela ya está en su sitio. Me explico. La parcela deportiva ya ha igualado a la institucional. Desgraciadamente este club lleva muchos años en Segunda en lo que respecta a las estructuras. Para empezar, el Presidente no preside. El Consejo de Administración es un mero teatro, sólo manda el máximo accionista. A nivel deportivo, no existe la Secretaría Técnica. Sólo Momparlet y sus vídeos. Y la cantera jugando en albero en campos prestados. Y en cuanto a las relaciones externas, Radio Betis. Un insulto al periodismo. Como pueden observar, un cóctel terrorífico que explica de forma elocuente por qué está el Farusa Balompié en Segunda División.

De esta forma, y como diría Émile Zola, yo acuso. Señalo con el dedo a todo aquel que arropa al señor Ruiz de Lopera y lo consiente. A todo aquel que renueva este año el abono pensando que “D. Manué nos devolverá a Primera”. A todo ser inocente (que aún no ha salido de la caverna, como diría Platón) que compra la camiseta de esta temporada, “para lucirla y darle dinero sólo al Betis, que los de Kappa eran unos mangantes”. A todo ¿bético? que va por los mentideros futbolísticos pregonando que “los del 15-J eran cuatro gatos, pagados por el Soto, el Galera, el Espina y todos esos destructores”. A todos aquellos que agacharon la cabeza el pasado 31 de mayo mientras el resto pedía la marcha del dictador. A todos os acuso. Sois cómplices de este descenso y de la podredumbre que asola Heliópolis.

Por eso, me ha venido a la memoria un recuerdo de mi infancia bética. Concretamente un anuncio publicado en la revista “Mundo Bético” en el año 1992. Con la silueta de un futbolista vestido de verdiblanco, rezaba el siguiente mensaje: “Yo, más bético, con carné”. Es fácil extrapolar esta cita al día de hoy. Pero jugando con las palabras con fina ironía: “Yo, más bético, sin carné”. Por lo menos hasta que Lopera desaparezca de mi Betis de toda la vida.