El Carpe diem (aprovecha el momento) en un soneto de Luís de Góngora



Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello. 5
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:

goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada 10
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.


Nos encontramos ante un soneto perteneciente al poeta cordobés Luis de Góngora ( 1561-1627).Su estética se encuadra en la corriente barroca denominada Culteranismo, caracterizada por el intento de crear un mundo poético de belleza absoluta, mediante un lenguaje rico en recursos formales. Aunque este soneto pertenece a la obra juvenil de Góngora, ya están presentes en él las principales características del culteranismo: riqueza de metáforas e imágenes, léxico brillante y colorista, hipérboles, artificiosidad constructiva, usos de cultismos e hipérbaton, etc.

Góngora nació en Córdoba. Estudió Cánones en Salamanca, pero prestaba más atención a la poesía. Sin vocación, se ordenó sacerdote en su ciudad natal. A los cincuenta y seis años, ya famoso, se instaló en Madrid, donde fue nombrado capellán real. Y allí pasó graves apuros económicos, deseoso de vivir como gran señor y aficionado al juego. Perseguido por los acreedores, regresó a Córdoba. Murió en 1627.

La arrogancia con la que se comportó como artista, le originó grandes enemistades, la más resonante fue la de Quevedo, tan agresivo como él. Quevedo profesaba una estética diferente: el Conceptismo. Ambos se insultaron ferozmente.
Atacó también a Lope de Vega, considerando que malgastaba su talento poético por agradar al pueblo. Lope también atacó al Gongorismo, pero en el fondo, admiraba a Góngora.

En su poesía se advierten dos épocas: una anterior a 1610 y otra posterior a esta fecha. En la primera sus rasgos culteranos son menores.
La segunda época es de gran hermetismo, pero gracias a la Generación del 27, se reconoce la inmensa calidad lírica de los poemas más difíciles: Soledades y Polifemo.

Su obra es exclusivamente lírica. Escribe poesía religiosa y, sobre todo, profana. Emplea versos cortos y largos; romances, romancillos, redondillas, sonetos, tercetos, silvas, octavas etc.

1. TEMA.
Exhortación al goce de la vida, siempre breve.

2. ESTRUCTURA

• Estructura externa:
El poema consta de catorce versos endecasílabos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. Su rima es consonante, según la característica del soneto clásico: ABBA ABBA CDC DCD.
Métricamente, destaquemos los encabalgamientos. Suaves en los cuartetos 1-2, 3-4, 5-6, 7-8. Y abrupto en 11-12.
El encabalgamiento nos da sensación de rapidez y fugacidad que nos recuerda la brevedad de la vida y del paso del tiempo.
También hay una sinalefa significativa en el verso 14, que también sirve para darnos sensación de rapidez.

• Estructura interna:
Podemos distinguir varias partes en el poema:
1. La belleza femenina, en competencia con la belleza natural, triunfa sobre ella. Lo vemos en los versos 1-8 y abarca los dos primeros cuartetos. Las formas verbales estén en presente de indicativo, y la anáfora “mientras” da unidad al conjunto.

2. El poeta aconseja a la mujer que disfrute de su juventud y de su belleza. Predomina la función apelativa del lenguaje con la palabra Goza en imperativo.

3. Este disfrute tiene que hacerse antes de que el tiempo todo lo convierta en fealdad y entonces, las formas verbales van en pasado y futuro, que marcan el paso del tiempo, de lo bonito a lo feo.

3. CONTENIDO.

Tras el triunfo de la belleza femenina sobre la naturaleza, el poeta anima a la mujer a gozar de la juventud y de la vida. Antes de que el tiempo todo lo aniquile.

4. LENGUAJE Y ESTILO

En los cuartetos hay una comparación entre el mundo de la naturaleza y las cualidades de la mujer bella. Aparecen cuatro elementos característicos de la belleza de la mujer:

METÁFORAS
Cabello -------- oro bruñido.
Blanca frente ---- lilio bello
Labio --------------- clavel temprano
Gentil cuello ------- luciente cristal.

Aparecen antepuestos y pospuestos adjetivos que le prestan colorido a los sustantivos.

Con la personificación de los elementos naturales se pretende poner de manifiesto el triunfo orgulloso de la belleza femenina.

En el primer verso del primer terceto, donde se habla de la invitación al goce de la vida, ya tenemos un tópico o lugar común de la literatura, que llega hasta nuestros días, presente en muchas canciones actuales. Es el llamado “Carpe Diem”, es decir, aprovecha el momento. Con el imperativo Goza, Góngora ordena los sustantivos que ha descrito en los cuartetos pero en orden diferente:
Goza cuello, cabello, labio y frente.

Con el adverbio “antes que”, el poeta nos adentra en el proceso de degradación de los sustantivos anteriores, es decir, los elementos humanos identificados con los naturales: oro, lilio, clavel, cristal.

Los elementos humanos van a convertirse, perdiendo poco a poco su esplendor, en algo insensible y sin identidad hasta llegar a nada: tierra, polvo, humo, sombra, nada.

El verso 14 cierra con total desengaño el soneto. Se reduce todo a TÚ (elementos humanos) y ELLO (elementos naturales).

Abundan los sustantivos comunes y concretos, así como el campo semántico de elementos naturales. Hay equilibrio entre estilo nominal y adjetival; Alternancia de tiempos presente que se iguala a la juventud con el futuro que equivale a la vejez.; Frases cortas en alternancia con la subordinada de tiempo que comienza y cierra el poema, además de la oración imperativa: “Mientras … Goza…..”.

5 CONCLUSIÓN

Tema típicamente barroco éste del Carpe Diem. Más tarde lo retomarán los poetas de la generación del 27, sobre todo Cernuda y Alberti, que lo fundirán con el tema del paraíso perdido en Ocnos y La arboleda perdida, respectivamente.

En su época, Góngora utilizó el “carpe diem”, lo mismo que Quevedo, este último obsesionado con el paso del tiempo que todo lo destruye menos el amor (recordemos su Amor constante más allá de la muerte). Y Lope de Vega hizo de este tópico una constante en su vida.

Para Morantebético, porque un día "hablamos" por aquí del Carpe diem.
Para Extrebético, al hilo del post que ha abierto no hace mucho, sobre "Presión arterial y sexo".
Saludos.