Y el cortejo bético se aleja de las habitaciones de un hospital de Sevilla dejando atrás sonrisas y felicidad.
Así me siento tras la aventura que Betisweb me ha hecho pasar esta tarde junto a los ADC y Peña Gordillo y, cómo no, el propio Betis.
No me cabe la menor duda que a todos hay que agradecer el esfuerzo y la organización. A mí sólo me tocó hacer, con la gran responsabilidad que ello conlleva, de cartero real.
A Nacho y Adrián, nuestros jugadores, los seguían una legión de admiradores, de béticos, de periodistas, cámaras y fotógrafos que llenaban cualquier sitio donde entraban. Eran los héroes de los niños y su sitio era suyo, pero en la ola que montaban a su paso conseguí meterme como surfeando entre las ondas de espuma de flashes... Allí estaba yo, de cartero real a modo de coche escoba. Tras los flashes y la algarabía de regalos béticos y de bocas abiertas al ver a dos jugadores de primera entraba este personaje rellenito, con barba, embutido en su uniforme de mensajero real y descubría las historias más íntimas de las habitaciones.
Antes de entrar una pareja de hermanos en el hall me contaban que eran de España uno y del barsa otro... quién sabe si el osito verdiblanco que les acompaña les hará caer en el hechizo verdiblanco, eso y el toque mágico de Palmerín. O David, con su vía puesta en el brazo que me miraba como sorprendido por preguntarle por su carta, si la había enviado mientras sujetaba una postal de Palmerín. O esos padres con bebés que agradecían con la mirada tímida la visita y los deseos de pronta mejoría. O incluso la familia de Adán, un pizpireto niño con el pelo negro rizado que miraba hipnotizado a Palmerín mientras sujetaba un detalle verdiblanco. Helo, la amiguita de David, me reconocía que no había enviado la carta porque no sabía escribir y le enseñé el truco para enviarla con una sacudida de su cabecita. Por supuesto, ya va de camino para sus majestades.
Ana era la más alta, llevaba un tiempo ingresada y se mostró más agradecida por haber conocido a las "cracks" de nuestro Betis femenino, actrices secundarias de esta cabalgata que me gustó llevarlas de escuderas, anónimas y solícitas. Tanto Ana como otros dos chicos las miraban con admiración y seguro que cuando oigan del Betis Femenino buscarán a nuestras chicas. Así habitación por habitación, con historias de padres y niños, todos con agradecimiento. Incluso José, un niño travieso que al preguntarle por la carta ya la había enviado, pero que me reconoció que tenía el alta desde 4 horas antes, pero seguía allí para poder ver a Palmerín y a los jugadores del Betis.
En definitiva, cuánto se lleva uno de riqueza a 5 metros de los flashes, cuánto se lleva de poder compartir momentos más íntimos, de hacer de ese cartero real que permite que cada 6 de enero la magia de los Reyes Magos siga manteniendo la inocencia de pequeños y mayores y, si además, puedes participar de ello, ya tengo mi regalo de reyes por adelantado.
Feliz Navidad a todos.
Recontrabetico
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A 5 metros de los flashes
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