Apenas se espera un fichaje más, el de un mediocentro defensivo que colme las exigencias de Pepe Mel y que pueda pelearle el puesto a un Lolo Reyes al que habrá que seguir esperando un poco más tanto por su falta de adaptación al fútbol europeo como por su esguince de rodilla.
Stosic tiene claro que esa es la única pieza que falta en este rompecabezas en la que Vilarchao parece haberse quedado fuera de combate por su maltrecho tobillo y donde la salida de Álex Martínez se perfila como un auténtico culebrón de aquí a que termine el mercado.
En cualquier caso, la dirección deportiva de Heliópolis ya abordará ese tema un poco más adelante, porque ahora tiene sus cinco sentidos puestos en la búsqueda del pivote que el míster reclama cada vez que interviene en algún medio.
Hay prisa por tenerlo, bastante. Sobre todo porque el inicio de Liga ya no se ve tan lejos, a apenas tres semanas de distancia.
Por eso, y para evitar tiempos de adaptación, se está peinando a conciencia el mercado europeo, intentando firmar a alguien de primer nivel para cubrir ese puesto, habiendo reservado para ello hasta 3 millones de euros, una fortuna teniendo en cuenta cómo están las arcas verdiblancas, donde se ha ingresado dinero, pero la mitad se han esfumado para pagos pendientes, tal y como expone la ley concursal.
Así las cosas, cada día que pasa aparecen nuevas opciones sobre la mesa. Una de ellas ya no es Digard, favorito de la dirección deportiva y que acaba de renovar por el Niza.
Mientras tanto, suenan nombres como el de Kvist, del Stuttgart; Bodmer, del PSG, o Alou Diarra, del Rennes.
En todos, el problema es el mismo. No importa tanto lo que exijan en sus clubs por un traspaso, puesto que, haciendo un esfuerzo, el Betis podría llegar a un acuerdo. La dificultad está en sus honorarios y el tope salarial heliopolitano, que obligaría a que tuviesen que rebajarse su ficha, algo a lo que no todo el mundo está dispuesto.
Otra opción sería la de una cesión, aunque esa idea sólo se irá imponiendo según vaya avanzando el mercado.
Entre tanto, Carlos García sigue trabajando a destajo para ganarse un sitio en el primer equipo. Sabe que gusta al cuerpo técnico, pero que si llega alguien tendrá que conformarse con seguir reivindicándose en Tercera y ver la Primera división desde la grada.
Todo depende de la capacidad negociadora de Stosic y su puntería, la misma que ha traído a hasta doce jugadores para esta temporada e, incluso, a uno más, Rennella, para el año que viene.
Ahora queda el último esfuerzo, el broche de oro a un proyecto que sobre el papel vuelve a presentarse de lo más ilusionante.
Tiempo queda por delante como para maniobrar sin urgencias, aunque los días pasan y el estreno liguero cada vez se ve más cerca. Y Mel sigue esperando mientras se le acaba la paciencia.
Con la afición pendiente de nombres que salen y desaparecen de las portadas de los periódicos sin solución de continuidad. Así, hasta que llegue el momento en el que la dirección deportiva se quede con una sola de las propuestas que tenga sobre la mesa, quitando del medio al resto y gritando bien fuerte: la pieza que nos faltaba ya está aquí, es esta.