No es de extrañar que muchos respiren cuando ficha por el Betis, en una contratación no exenta de polémica y que todavía colea hoy. La visita del conjunto de Mel a Elche esta temporada servirá como termómetro para medir el malestar existente allí por la salida del delantero de Alcoy. D.Jorge Molina viene con un pan debajo del brazo, el Betis asciende a primera división en su primer ejercicio como jugador del club de las trece barras. Sus credenciales no tarda mucho en mostrarlas, habiendo sido pichichi en la división de plata y en Segunda B, lo suyo es el gol. En su primer curso anota 18 dianas, en la actualidad y después de tres temporadas vistiendo la elástica bética suma 37. Pero dejemos los números y entremos en materia. Piensen por un momento, estamos en casa haciendo las maletas para marcharnos de vacaciones. Encima de la mesa una oferta mareante del futbol ruso, un dinero con el que sellaríamos un futuro tranquilo. Bermudas, destino Formentera y una llamada: "Jorge pásate por las oficinas del Benito Villamarín para renovar por tres años". Seguro que más de uno se sentaba a pensarlo, a meditar y sopesar que es mejor, el sueldo millonario o el club en el que soy feliz. Él no se lo pensó y renovó sin dudarlo. Muchos son los que critican su falta de acierto, o no se qué.
La sinrazón del fútbol es injusta y más con Jorge a quien los números, actos o actitud no dan pie a la crítica. D.Jorge Molina ha sufrido esa sinrazón y los béticos, libres de pensar lo que quieran, tienen en su equipo a un jugador deseado por muchos clubes. Me decía un aficionado del eterno rival "odio a Molina como ellos odiaban a Kanoute o Luis Fabiano". No hay mejor elogio, al menos eso creo.
El delantero de Alcoy mantiene una estrecha relación con su entrenador y a este se le llena la boca hablando de él.Es serio, trabajador, culto y nos ofrece muchas variantes me espetó Mel al hablar de Molina. No me cabe duda que será uno de los capitanes del Betis para esta temporada, por méritos y carisma. D. Jorge Molina ese "mediocre" jugador de pádel al que la sinrazón del fútbol le debe más de una.
Nacho Vento