Cada palabra que se escribe es una responsabilidad y un orgullo poderla transmitir a los béticos que se dan cita en cada rincón de esta web que es referencia de tantas cosas.
De nuevo hay tanto por hacer y tanta gente que va a colaborar por hacerlo que uno se siente muy arropado. Hablar sobre ellos es un placer que no acaba.
Ya se escuchaba en la esquinita (lugar de reunión de la peña antes del partido) la cantidad de novedades que se preparan, las sorpresas por venir. Y de nuevo gusta comprobar que surgen rincones nuevos que tienen similitud a nuestra esquinita.
Gusta porque nuevos rincones son nuevos puntos de referencias para los béticos. No sé si es Betisweb el primero en hacerlo, da igual, es un ejemplo que demuestra el éxito de cómo cuatro amigos empiezan una amistad y la van transformando para hacer beticismo. Seguramente se transformen en una peña y engrosen el número de las que ya hay, refrescando el peñismo y dando otras visiones y sensibilidades que tanto necesitan nuestras peñas.
De nuevo se estrechan manos y se dan abrazos en todo el barrio de Heliópolis. Es un momento que me gusta mucho, cómo ese saludo es más fuerte, fuera y dentro del campo. Recordamos a los nuestros que nos acompañaron y ya no están.
Y todo esto lo vivo a través de unos locos que viven el beticismo con un reflejo en la pantalla de un ordenador, de un móvil, de una tablet.
Es sólo un reflejo, pues por cuestiones de fechas he podido experimentar la diáspora bética que tantos y tantos béticos hacen hacia Villamarín o allá donde juegue nuestro Betis. Ha sido sólo un partido, pero esos cientos de kilómetros un sólo partido me da la perspectiva necesaria para imaginar los kilómetros y kilómetros que miles de béticos hacen para ver a su Betis.
A pesar de los horarios y las fechas con las que castigan lo que debería ser una fiesta y que quieren convertir en una triste pecera con un balón botando.
Y esos kilómetros, cuando los aliñan las victorias son más suaves, pero si es con una derrota como ha sido contra el Celta, se hacen cuesta arriba, con cara de pocos amigos. Y aun así ya se piensa en la próxima cita, en la que el vomitorio que nos lleve a oler el césped del Villamarín nos traslade a 90 minutos de pasión. Así es esto, y tratar de explicarlo a quien no quiere entenderlo es imposible.
Vuelvo al principio. A mi peña, la que me permite escribir estas líneas, la que intenta todo lo que puede hacer beticismo de mil maneras, tantas como la imaginen los béticos que la engrosan. Desde cromos hasta tifos, desde carcasas de teléfonos móviles hasta pulseras, desde visitas culturales hasta desplazamientos a cualquier rincón de la península, desde saludos sinceros a amistades para siempre.
Quien quiere sabe que Betisweb tiene todo esto y lo que quiera imaginar, las puertas están abiertas, sólo se pide responsabilidad y beticismo. Lo demás está por hacer y lo que está hecho es un orgullo para sus peñistas.
Juan Carlos Pérez