Más allá del punto cosechado en el primer partido de la liguilla, los de Pepe Mel ofrecieron una imagen positiva que sirve para desterrar cualquier tipo de complejo europeo de un equipo desacostumbrado en los últimos años a las citas continentales.
Cuando se celebró el sorteo para la liguilla, el nombre del Olympique de Lyon provocó un respeto considerable. Un conjunto con nombre histórico y que semanas atrás incluso había jugado la previa de la Liga de Campeones frente a la Real Sociedad. Sin embargo, la diferencia entre el Betis y los franceses en el terreno de juego no fue tanta.
Incluso los verdiblancos pudieron ganar el encuentro.
Aunque el empate final no puede considerarse del todo injusto, el equipo que estuvo más cerca del triunfo fue el Betis. Y es que las mejores ocasiones fueron para el lado bético que, dentro de un partido igualado, dominó más que el Olympique. Visto lo visto sobre el campo los verdiblancos no tienen nada que envidiar al favorito para pasar el grupo ya sea como primero o segundo.
Además, por aquello de las rotaciones, Mel había planteado un once con futbolistas menos habituales, que no de menor nivel. Sin Rubén Castro, pero con Verdú y Nosa. Aparecían jugadores como Lolo Reyes, Jordi Figueras o Chuli que habían disputado pocos minutos, e incluso Didac debutaba con la elástica verdiblanca. Sin embargo, el equipo respondió con solvencia y mantuvo la personalidad y el sello Mel.
Con algunas imprecisiones en la primera fase del choque, el Betis se fue haciendo poco a poco con el mando en la primera parte. No fue un equipo profundo ni pisó demasiado el área gala, cierto es. Sin embargo, en la segunda parte el cuadro heliopolitano dio un paso adelante y coleccionó las mejores ocasiones, como el palo de Nosa o el remate de Cedrick.
Curiosamente la mayor sensación de peligro del Betis llegó con la entrada de Salva Sevilla en el terreno de juego. El almeriense, siempre con su indiscutible calidad, parece tocado con una varita mágica esta temporada y de sus botas nacieron las jugadas más peligrosas para el Betis. Llamativo el pulso que mantiene con Verdú por un puesto en la titularidad. A día de hoy el andaluz ofrece mayor rendimiento.
No materializó el Betis ninguna de las ocasiones finales que tuvo y quedó la sensación de que el triunfo pudo quedarse en casa. Más allá de eso, el primer partido deja claro que los de Mel deben aspirar a pasar la fase de grupos. Si mantuvo un pulso de tú a tú frente el favorito del grupo, ante el Vitoria de Guimaraes y el Rijeka los béticos deben imponerse. Claro que eso serán otras historias y, de momento, lo que deja el primer partido de esta fase es que el Betis ha vuelto a Europa sin complejos.
F. Javier Carbonero