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ID:	6574694Ayer, cuando me reencontré con mi familia para volver juntos a casa después del partido me sorprendí al escucharles que les había parecido un partido aburridísimo.Yo pensé que habían visto otro encuentro, pues todavía tenía la emoción en el cuerpo. Ya había avisado que sentía otras sensaciones sobre este partido y las confirmé.
El Betis corría, se adelantaba, buscaba la portería contraria, no era el equipo que espera y que por no perder la posición la perdía hasta caer de rodillas, sin nada que ofertar y con las manos atadas.


La expulsión de Chica desencajó el partido. No es que no fuese, que para mí es aunque en pocos campos se aplique. Pero esta expulsión era en nuestro equipo y quedaba una hora larguísima donde lo más probable es que saliésemos perdiendo.
Obviando el show Caparrós, en el cual este individuo está como pez en el agua y desvía la presión de los jugadores y el árbitro y le suele venir de perlas, el gol legal de Molina marcó el partido. Lo marcó porque adelantarnos a quien viene a empatar hace que se habran espacios, dé confianza a nuestro delantero y se tenga otro partido en mente.


Así que ayer marcó Molina, y bien marcado, pero no subió al marcador. Buscó el penalty, pero por dos veces un porterazo le adivinó las intenciones. Fallar un penalti es enviarla a las nubes, no entre los tres palos. Si no se mete es que en medio está el portero, que tuvo después un paradón de los gordos tras tiro de un Vadillo que cada vez más se le ve mando en plaza, determinación y hechuras de futbolero.
Una hora de fútbol con diez y también con nueve y el Betis con opciones. Lo reconozco, yo salí satisfecho, debimos haber ganado, por expulsión, por ganas, por gol anulado, por incluso penaltis fallados, por todo ello, pero sacamos un punto que nos sigue dejando en descenso, con la enfermería hasta los topes, con los partidos en fila casi de a uno... sin descanso. Pero el equipo le echó narices, ganas, juego, intenciones que no había visto en demasiado tiempo.


Mel tiene todavía mucho trabajo, incluso con él mismo, siendo fiel a su filosofía, encajando jugadores cada partido, acertando en planteamientos, no perdiendo el norte, dejándole trabajar, algo necesario y transcendente.
Ahora en el club las aguas bajan turbias, parece que hay muchos focos de atención. Ahí hay otros partidos que la directiva debe jugar con planteamientos adecuados, no vale lanzar un comunicado que debe cerrar situaciones comprometidas totalmente en falso. Se supone que hay profesionales muy cualificados, gente que al llevar las riendas de lo que el club piensa y respira debe ir por delante de las situaciones, dejando claro, muy claro, que el Betis es serio, que habla por una sola voz, que no tiene que dejar desarropados a los suyos ni desatendidos a sus aficionados.


Y eso ahora mismo no pasa, no hay dos béticos que entiendan esa comunicación de la misma forma, demasiadas interpretaciones para algo que debe ser meridiano, el Betis tiene una única voz, sólida y debe ser escuchada sin matices.