El Betis corroboró con un triunfo en Portugal la mejoría de sensaciones que ya había apuntado en los partidos ante el Levante y el Málaga. La gran diferencia en esta ocasión fue el resultado. Los de Mel tuvieron la pizca de suerte que les faltó en la Rosaleda donde en el descuento un gol acabó por derrotarles. En tierras lusas fue el tiempo de prolongación el que sirvió para vencer con el tanto de Chuli.
Sintomático ese cambio que puede servir para romper la peligrosa tendencia en la que había entrado el Betis en las últimas jornadas. No se pueden sacar conclusiones definitivas ni levantar todas las precauciones por un solo partido, ya que los heliopolitanos deberán mejorar la cadencia de triunfos para olvidar fantasmas. Sin embargo puede ser un punto de inflexión.
Claro que lo que ocurrió en Guimaraes fue mucho más que suerte. El Betis fue mejor que su rival e incluso mereció ganar antes. Los verdiblancos se movieron con fluidez con la pelota como pocas veces lo habían hecho durante la temporada. Cómodo con el balón y dominador del choque, al equipo le faltó algo más de remate especialmente en la primera parte, no tanto en la segunda.
Ahí tuvo que ver la figura del delantero centro. Braian Rodríguez no aprovechó su oportunidad y firmó un partido insípido. El equipo no le encontraba y el uruguayo no conectaba con el equipo. Da la impresión de estar a contraestilo. El caso es que fue el jugador más flojo del Betis y la entrada de Molina, a pesar del fallar un mano a mano, evidenció las distancias entre un futbolista y otro.
Gran parte de culpa del rendimiento del Betis fue de la tripleta de centrocampistas. Muy completo el partido de los tres, mezclaron bien y dominaron casi siempre el choque. Inteligente y dando mucho equilibrio Xavi Torres, la actuación de Verdú fue de menos a más. El broche lo puso el catalán con el espectacular pase a Chuli en el gol. Mención aparte merece Nono.
El portuense firmó una actuación soberbia. Mucha clase del 8 bético que se ha ganado a pulso la titularidad. La única duda que deja Nono es su inexplicable ostracismo en la primera parte de la temporada. De hecho se estrenó esta campaña en el partido ante el Vitoria de Guimaraes en Sevilla hace 15 días.
No fue el único canterano que brilló. Vadillo volvió a tirar del equipo y prolongó su gran partido en Málaga. Al extremo se le nota con chispa y parece que ha dado un paso adelante en su rendimiento y ante el Vitoria de Guimaraes volvió a jugar con personalidad. También fue clave la actuación de Caro. El central, en su segunda comparecencia con el primer equipo, pasó el examen con nota y advirtió que se puede contar con él para el futuro.
En definitiva un triunfo que no sólo vale para que el Betis oriente su paso a la siguiente fase de la Europa League, sino que sirve para romper una racha negativa de resultados. Todo con el aderezo de las sensaciones de un equipo que apunta una mejoría que ahora debe trasladar a la competición doméstica.
Javier Carbonero