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ID:	6575087Cuando me hablan de señorío de una afición u otra siempre tengo que pensar en que si de parte del otro equipo de la ciudad encuentro un rancio puedo contar otro en el lado bético. Si encuentro un ************, igualmente encuentro otro de verde. Si encuentro un **********, también así sucede.A qué viene esto? Fácil, viene a decir que me gustaría rendir homenaje desde esta casa bética, virtual pero pedazo de casa como es Betisweb, a la afición del fútbol en la Sevilla siempre cainita.


A lo mejor nadie ha caído en la cuenta, pero tras dos partidos tan, tan intensos y dejando aparte las niñatadas de unos jugadores que deberían saber ganar, el doble partido europeo a sólo 4 km de distancia ha sido un canto al mejor fútbol, tanto dentro como fuera de las gradas. Un completo ejercicio de animación, de efervescencia, de luz y color de dos aficiones que, en este caso, han dado muestras que en nuestra ciudad el fútbol se vive más allá de los límites. Que no existe nada comparable, ni un madrid barsa, que no es derbi y que se queda en una lucha de colosos demostrando músculos para repartirse el pastel del fútbol patrio.
En España y casi que en toda Europa no existe una ciudad tan pequeña y al mismo tiempo tan grande que llene dos estadios luchando a garganta, bufanda y ganas a los suyos.


Y en esto meto a las dos aficiones, por mucho que me lluevan palos en mil sentidos. Sevilla ha dado testimonio de un duelo épico, tanto que se ha deshecho en un penalti mal tirado. Empatados a todo, a goles, a cansancio, a lucha y entrega, a apretones de dientes y amagos de infarto, sólo la suerte injusta de los penaltis decidió lo que en justicia debería haber pasado y es que esta eliminatoria fuese una verdadera final.
Como representante de mi peña, la 339, la de Betisweb, la peña que quiere hacer Betis esté quien esté y buscando cualquier forma para hacerlo, sé bien lo que digo. Sé como de la nada, a semana y poco del partido donde caímos levantaron sus ganas para preparar un recibimiento humilde pero digno a nuestro equipo. Digo humilde porque en comparación con otras ocasiones y por el poco tiempo que tenían, el trabajo de titanes dio paso a un tifo que si lo viésemos en perspectiva, o sea con varios años de diferencia, sería majestuoso. Hoy podemos decir que ellos mismos, mis compañeros que manejan como nadie presupuestos exiguos conseguidos, entre otros, por la peña, sorteos y aportaciones de cientos de béticos, han conseguido que sus tifos sean esperados como imágenes, postales de una época, pero que llevan detrás horas y horas de trabajo, de diseño, de cuidado, de cariño y anécdotas, de metros y metros y metros de tela que bien puede cubrir, uno sólo de ellos, toda una manzana de cualquier barrio sevillano. El último sólo fue humilde, rápido, tremendo en el resultado y, una vez más, cargado de cariño bético. Seguro que quien ayudó a desplegarlo se sintió parte del mismo.


En definitiva, queridos sevillanos futboleros, ojalá quede definitivamente atrás tiempos en los que Sevilla se avergonzaba y temía un partido entre hermanos, donde personajes indignos representaban aficiones violentadas y soliviantadas que convertían nuestros derbis en campos de batalla. Ojalá, como hemos visto estos días, béticos y sevillistas vayan juntos a cualquiera de los campos, se dejen las gargantas y que gane el que más suerte tenga, porque las ganas de ganar hacen que nunca haya un favorito.