Estadio del Real Betis BalompiéAhora que la jueza, por fin, ha cumplido su función de instructora (recordemos que no juzga, busca los indicios suficientes para poder hacerlo).

Ahora que el Betis está en segunda porque quienes fueron mandados por la jueza, no todo va a ser bonito, liaron una parda que ha hecho que el Betis no parta el año que viene de cero, sino de menos diez por su incompetencia y bisoñez, agotando las ilusiones de cambio de los béticos que ayer de nuevo, regateando al calor, la feria y la desgana, también protestaron en la puerta de cristales. Una estampa que se antojaba añeja, de nuevo en nuestras béticas retinas.

Ahora que nuestro particular via crucis judicial va camino de otro estadío es cuando me asalta una reflexión hecha pregunta ¿jugamos en otra liga?

Tengo la mala suerte de leer a supuestos amantes de equipos de fútbol que se llenan la boca de dignidad, de amor a un escudo, de tantos y rimbombantes sentimientos que sorprende inmediatamente que sean capaces de venderlos todos al mejor postor. Incluso ni siquiera los venden, dejan que se los roben.

Y así nos va a los béticos.¿Por qué nosotros sí y otros no? Resulta interesante comprobar como lo mismo sucedió al Atlético de la final de la Champions League. En su caso descendieron a segunda, fue condenado Cerezo pero... lo suyo prescribió, bendita palabra la de prescribir en boca de ciertos personajes. Con lo cual volvió a tener su club, con una vergonzosa ampliación de capital que barrió de la faz del Calderón a los pequeños accionistas, muchos de ellos asociados en "Señales de Humo".

Pero seguimos. Barcelona metido en líos por hacer mal las cosas a conciencia con jugadores pequeños y grandes, millones y millones de euros danzando para mayor gloria de las nóminas de los mejores jugadores del mundo.

¿El Madrid? El Madrid genera tanto que parece incluso indecente los favores que reciben de la administración y que les ha llevado a ser otro gigante a los que toserles es muy difícil, a no ser con el riesgo de coger una pulmonía. Así, las diferencias entre los pobres de primera y los ricos es abismal, como para hablar de competencia en nuestra liga. Me río de la competencia.

Valencia con deudas que comparadas con las del Betis son faraónicas pero que no conviene molestar porque es tocar al dios del fútbol.

¿Y nosotros? pues por lo visto tenemos un juicio que actúa de enorme caja de resonancia de nuestros fracasos futboleros. Pero no sólo eso, es más que curioso cómo presidentes que serían capaces de llevar a un niño a la cárcel por bajarse una canción de internet, como el propio Cerezo, piden el indulto para un "compañero" que ha robado a manos llenas. Ambos aprendices avanzados del gran Jesús Gil, maestro de maestros.

¿La prensa? la prensa más de lo mismo, viven de la polémica de los árbitros y de los peinados caros de las estrellas, ¿qué van a decir? que de cuentas no entienden, que el éxito en el fútbol lo dan los goles y como vengan estos se las trae al pairo. Todavía recuerdo una entrevista del gran Carlos Herrera a JM del Nido a pocos días de entrar en prisión. Me dio vergüenza ajena.

Pero... ¿y si se clama justicia? ¿Tenemos organismos como la LFP o la Federación que ampare a los débiles y busque la justicia? Vaya, acabo de hacer la pregunta más hueca que he hecho en mi trayectoria como columnista. Existen esos mecanismos, pero son tan caprichosos y sujetos a las políticas de los poderosos que un cierre de tres partidos en un campo "hostil" es un apercibimiento en otro campo con mejores representantes en los órganos de decisión.

Castigos a árbitros por hacer mal, muy mal su trabajo, les llaman "neveras". Es tragicómico cómo los que han sido capaces de ir pelando de puntos al Betis (cosa distinta es merecer el descenso como lo merecemos) no tengan más que unas caricias y una reprimenda estúpida mientras los miles que gastamos nuestro dinero y nuestras ganas de ver fútbol somos estafados por señores con pitos.

No voy a culpar a los que en su visión de la realidad el fútbol actúa de bálsamo, de parapeto para que no se sientan cuando los que mandan en sus ayuntamientos, sus comunidades o su estado hagan desmanes y encima se lo lleven calentito sin otra cosa que el "y tú más". No los voy a culpar, pero jamás los voy a entender.

Quizá sea esto una enfermedad nacional, y el contagio sea para que eso que llaman la marca España sea un chiste en bocas foráneas, pero si tras un gol hay delitos que incluso incluyen robos a los que lo celebran y siguen celebrándolo, mal vamos, muy mal.

Juan Carlos Pérez