El entrenador del Betis el día de su presentación con Alexis TrujilloDice Julio Velázquez que es optimista en relación al nuevo proyecto verdiblanco, puesto que le ofrece buenas sensaciones y, además, cuenta con tiempo suficiente como para seguir puliéndolo de cara al inicio de Liga.

En este sentido, los resultados de la pretemporada van dándole la razón, con un saldo de cuatro triunfos y una derrota en los cinco amistosos que el equipo ha disputado. Sin embargo, el juego heliopolitano deja todavía bastante que desear.

Porque, hasta ahora, la escuadra de las trece barras sólo es capaz de sacar partidos adelante gracias a la puntería de sus delanteros. Rubén Castro sigue a lo suyo, confirmando que una campaña más, y ya van cinco, volverá a ser la referencia ofensiva del equipo. A él se ha unido su lugarteniente de costumbre, Molina, y también un Rennella que mantiene las buenas sensaciones que ya ofreció el curso pasado en el Lugo.

A ellos hay que sumar un Sergio Rodríguez que está deseando dejar de ser la estrella de todas las pretemporadas para convertirse en una pieza más del engranaje bético.

Sin embargo, de ahí hacía atrás las cosas no funcionan tal y como debieran. Porque la medular parece mantener la misma falta de ideas que ya mostró la pasada campaña.

Se echa de menos a alguien que baje la pelota, mire al compañero y dé sentido a los movimientos del balón. Nono y Matilla, por ahora, no han sido capaces de liderar con acierto las transiciones defensa-ataque. Ni siquiera un Xavi Torres que vuelve a derrochar compromiso y al que se le ve cada día más entonado, pero aún lejos de su mejor versión.

Con este panorama, sólo las arrancadas de los extremos, en especial un Vadillo que por fin quiere pasar de promesa a realidad, han sabido desbloquear puntualmente el colapso de un centro del campo que necesita retoques o algo más de tiempo para que espabilen los que ya están en el vestuario.

Aunque donde hay que mejorar mucho más es en la retaguardia y, sobre todo, el eje central de la zaga. En él, Perquis y Figueras siguen arrojando las mismas dudas que el pasado curso.

Los delanteros rivales continúan cogiéndoles la espalda con suma facilidad, necesitando de los laterales más ayudas de las estrictamente necesarias en los repliegues. Así, resulta perentorio firmar a alguien que apuntale la defensa, donde la inminente salida de Juanfran también dejará un hueco más que ocupar en el flanco derecho.

Afortunadamente, Adán, Pedro y Dani Giménez se están encargando de dejar claro que, a diferencia del año anterior, esta vez sí que hay porteros capaces de sacar las castañas del fuego.

Incluso, queda tiempo por delante, casi un mes, para seguir puliendo un proyecto que, hasta ahora, está sabiendo sacar adelante los partidos sin jugar bien, pero teniendo lo más importante, gol.

Sólo resta seguir trabajando, tanto en los despachos en busca de las piezas que faltan al rompecabezas verdiblanco, como sobre el césped en cada entrenamiento para que las buenas sensaciones y el optimismo se conviertan en puntos que allanen el camino hacia Primera.


J. Julián Fernández