Rubén Castro, Ceballos y Matilla celebrando el gol del canario al filial del F.C. BarcelonaSufriendo y dando gracias al de siempre.

Así derrotó el Betis al Barcelona B y, de paso, salvó un nuevo ‘match ball’ para su técnico, Julio Velázquez, al que no sentencian aún los resultados pero sí la grada.

Basta para ello recordar cómo la afición exigía a voz en grito su cese cuando fue expulsado al filo del descanso. Entonces, el marcador registraba un 0-0 que valía de poco y la paciencia de la hinchada heliopolitana ya no daba para más.

No obstante, Rubén Castro volvió a aparecer una vez más para arreglar las cosas, firmando su décimo gol de la temporada, colocándose como ‘Pichichi’ en solitario de Segunda y a sólo tres tantos de ser el mejor artillero de cuantos han vestido la elástica de las trece barras. Ya ha igualado los 92 goles de Rogelio, está a sólo uno de los 93 de Rincón y a dos de los 94 de Domínguez.

Dos registros que caerán en breve, puesto que el canario vive el mejor momento de su carrera, algo de lo que se está beneficiando, y de qué manera, el cuadro del Villamarín, que sin él sería colista.

Porque aparte del ‘24’, únicamente se atisban indicios de una mejoría que, desgraciadamente, el equipo no es capaz de prolongar durante noventa minutos.

Contra el filial del Barcelona los verdiblancos salieron en tromba en cada uno de los dos actos. En el primero rozaron el gol, pero el esférico acabó rechazado por el poste. Mientras, justo tras la reanudación llegó ese 1-0 que hubo que defenderse con uñas y dientes hasta que el árbitro decretó el final, pues como antes del descanso a los pupilos de Velázquez les faltó algo de continuidad en su juego, dando opciones a un rival que acabó encerrándoles en su área según avanzaba el cronómetro.

Aunque esta vez, y por fortuna, los heliopolitanos supieron sufrir, arañando tres puntos vitales para meterse en puestos de ‘play off’ y acercarse un poco más a un liderato que ahora queda a cinco.

Además, hay que celebrar grandes noticias con nombre propio. Como por ejemplo Dani Ceballos, que continúa creciendo partido a partido, demostrando que cuando las cosas no funcionan quizás lo más eficaz no es buscar soluciones fuera, sino dentro de casa.

O Kadir, cuya movilidad y desborde fue uno de los mejores argumentos ofensivos que utilizó el Betis para hincarle el diente a su adversario. Incluso sería lógico destacar la briega de Rennella o la aportación de Bruno y Cejudo actuando como improvisados laterales.

En cualquier caso, todavía hay mucho que mejorar. Por ejemplo, a la hora de llevar la voz cantante en los partidos, que es el camino más corto para ir sumando victorias. La escuadra de las trece barras debe aprender a contemporizar mejor, sin limitarse a esperar atrás en cuanto se pone por delante en el luminoso, cediendo la iniciativa y el balón al rival. No en vano, esta vez la cosa salió bien, pero eso no quiere decir que siempre vaya a ser así.

Igualmente, se debe perfeccionar el uso de ese 1-4-4-2 asimétrico con el que Velázquez parece estar cambiando poco a poco el encefalograma plano del equipo, prestando especial atención a las ayudas, sobre todo en una medular que sufre ante ataques rápidos y diagonales.

Sea como fuere, lo importante es que, el Betis ya tiene tres puntos más en su casillero y por fin comienza a saber lo que quiere poner en práctica sobre el terreno de juego.

Sólo queda continuar en la misma línea y esperar que el paso de las jornadas y los resultados regalen la confianza y el optimismo que ahora se echa en falta. Si no es así será porque con lo que hay no existe fórmula para lograrlo.


J. Julián Fernández