Yo soy de esos que disfruta de los que como tú se ponen la camiseta de las trece barras desde chiquito, que luchan por hacerse un hueco, que sois esa rara minoría que llegan donde cientos y cientos lo intentan, pero muy pocos alcanzan.
A mí me gusta mil veces más ver a un canterano que a un brasileño o alemán fichado para sustituiros, para que a base de euros se tape vuestra progresión, para que en muchos casos demuestren que ustedes son mucho mejores, pero que tenéis el estigma de ser canteranos.
Sois los que sentís doblemente la responsabilidad, la de ser futbolistas y saberse que los próximos ya se fijan en vuestros pasos porque quieren llegar arriba por vuestro camino.
No se os perdona una como sí se hace al fichaje de campanillas que siempre, siempre se tiene que adaptar, como si para ustedes saltar de categoría viniese en los genes.
Álex, lo siento, siento que este parón te haga jugar los más amargos regates de tu carrera. Toca cambiar el césped por las manos del rehabilitador, por las máquinas para no perder el pulso, por la voluntad de no caer en el camino para volver a tu banda.
Tienes, desgraciadamente, dónde mirarte en Vadillo, otro canterano tan bueno como denostado por las lesiones, donde volver a ser lo que se fue es algo difuso, algo que siempre provoca susurros trágicos, silencios impotentes de la grada.
Pero lo mismo que lo siento te digo, te pido que te impongas un trabajo, como el de tantos béticos, duro y constante, no en el tajo, no en el camión o en la escoba, sino en los aparatos que te hagan volver a disfrutar de una profesión única dentro de un equipo único.
Anímate y provoca tu vuelta, lucha y demuestra a los canteranos que quien quiere y trabaja puede.
Yo te quiero ver de nuevo de verdiblanco.
Juan Carlos Pérez