Afición del Real Betis antes de un partidoEmpiecen a hacer cuentas y a ir fijando en el calendario cuándo se consumará el ascenso verdiblanco, ya que sólo es cuestión de tiempo que eso suceda.

De hecho, tras ganar en el Mini estadi y colocarse con seis puntos más el ‘goal average’ sobre el tercero, la escuadra de las trece barras tiene ya pie y medio en Primera.

Porque mientras a sus rivales directos les cuesta un mundo ganar, los pupilos de Pepe Mel se han acostumbrado a dar golpes encima de la mesa cada semana.

El último de ellos, ante el Barcelona B, en un partido que arrancó con la clásica caraja heliopolitana y al que se le dio la vuelta merced a un Ceballos que cada día agiganta más su figura y el acierto de un Jorge Molina en permanente estado de gracia.

Así, y en un ambiente más propio del Villamarín que de cualquier campo foráneo, el equipo volvió a dar otro tirón en su camino de vuelta a una máxima categoría que cada vez ve más cerca.

Cierto es que quedan por delante nueve jornadas y 27 puntos que podrían cambiarlo absolutamente todo, por no hablar de esa innata capacidad verdiblanca para complicarse la vida hasta límites insospechados cuando parece imposible hacerlo. Pero, a estas alturas, las cuentas salen sin necesidad de utilizar la calculadora.

No sólo se depende de sí mismo, sino que, en el escenario más exigente de los posibles, bastaría con siete triunfos para ser de Primera. Y visto lo visto, es más que probable que hagan falta menos de 21 puntos para sellar el pasaporte de vuelta a la elite.

Aunque, claro está, para lograr ese objetivo será obligatorio seguir como hasta ahora, haciendo buenos los errores ajenos gracias a los aciertos propios. Es más, el calendario, con el Zaragoza, el sorprendente Llagostera y el Sporting como únicos cocos en el horizonte, lo deja todo allanado para que, más pronto que tarde, San Fernando pueda recibir en la Plaza Nueva la compañía de una fiel infantería verdiblanca que independientemente de dónde esté su equipo siempre será de Champions.

Todo cuadra a la perfección, y ya no sólo de aquí a final de temporada, sino también de cara al futuro, con la llegada de un Eduardo Macià que podría considerarse como un auténtico ‘Galáctico’ para la dirección deportiva.

Él tendrá la misión a partir de mayo (si es que no ha empezado a ejercer ya en la sombra) de planificar la plantilla que deberá asentar al club de nuevo entre los mejores de nuestro fútbol. Antes, la actual habrá de terminar su trabajo, partiendo con mucha ventaja sobre los demás en un sprint final donde, incluso, podría tener tiempo para recrearse.

Para ello, todo pasa por seguir sumando de tres en tres. Primero, ante el Zaragoza, después, frente a Alavés, Llagostera, Mallorca, Lugo, Racing, Alcorcón, Tenerife y Sporting, sabiendo que las matemáticas están dispuestas a dictar sentencia a poco que todo continúe por los mismos derroteros.

Y es que la meta se ve más cerca que nunca. Dicen que no se ha conseguido nada, aunque todo queda al alcance de la mano. Sólo hay que mantener el mismo ritmo. Duro con ellos chavales, que Primera os está esperando.

J. Julián Fernández