Haga clic en la imagen para ver una versión más grande

Nombre:	betis.jpg
Visitas:	1
Size:	27,2 KB
ID:	6575470Casi definitivo fue el paso que dio el Betis en Santander con su contundente victoria ante el Racing. Otra vez la pegada de sus delanteros, a los que deberá agradecer gran parte del éxito, fue clave. El domingo debe ser la certificación matemática de un ascenso tan caro como imprescindible para devolver a la entidad al lugar que le corresponde por historia y afición.

El Betis respondió en tierras cántabras a la presión que podía suponer jugar el último y a una posible decepción por no poder celebrar el ascenso por el triunfo un día antes del Girona. Es verdad que los de Pepe Mel no practicaron el mejor fútbol colectivo y que la defensa ofreció más facilidades de las convenientes. Sin embargo, la dinamita de Rubén Castro y Jorge Molina dejó todo eso en un segundo plano.

La fragilidad defensiva exhibida en Santander es un aviso más de cara al futuro en Primera. En la máxima categoría la puntería de los rivales no es lo inocente que demostró ser un Racing que puso en apuros a los verdiblancos en el primer tramo del choque. Casado y Jordi Figueras volvieron a ofrecer dudas. Tampoco el mediocampo se hizo casi nunca con el mando del juego. Dos clásicos.

Sin embargo, dos zarpazos del Betis y partido resuelto. El primero a balón parado -inusual esta suerte- con el cabezazo de Bruno y el segundo una obra de arte. El control de Rubén Castro, la pared de Kadir, la definición del canario... Una maravilla de un gol que probablemente sea de los mejores de los verdiblancos esta temporada. Y eso que tiene competencia en algunos tantos.

Dos buenos nuevos tantos, de Castro y Molina, y hasta sobró gran parte de la segunda mitad. No necesita demasiado el Betis para aplastar a sus rivales. Ni demasiada elaboración, ni tener demasiado el balón. Basta un par de conexiones arriba y la calidad de sus delanteros desequilibra. Una constante esta temporada, la seña de identidad más característica de este conjunto.

Cuando se dice que el Betis gana por la calidad de Rubén Castro y Jorge Molina no significa que el triunfo no sea merecido o que deba menospreciarse la victoria. Todo lo contrario y si no que le pregunten al Barcelona con Messi o al Real Madrid con Cristiano Ronaldo. Las individualidades forman parte del equipo y la virtud es saber utilizarlas en favor del colectivo. Esa es labor y logro del entrenador.

Junto a los puntas fue reseñable a otro nivel el partido de Kadir. Apareció en los dos primeros goles como asistente y reivindicó su titularidad, cuestionada en más de una ocasión por su rendimiento. También los detalles Portillo y Dani Ceballos, la pelea de Lolo Reyes y alguna parada de Adán en la primera parte, cuando el vencedor del encuentro todavía era una incertidumbre.

Ya sólo queda el último paso, el que debe ser el definitivo para colocar al equipo en Primera en una temporada especialmente complicada. El Benito Villamarín debe ser testigo de un ascenso especialmente caro por la puntuación. El Betis lo tiene, ahora sí, en su mano. Algo que parecía improbable que llegara con jornadas de antelación, allá por el mes de noviembre.