Porque, como ha solido ocurrir en casi todos sus envites estivales, el equipo ha ido de menos a más, pasando de ridículos espantosos como el protagonizado frente al San Roque de Lepe, a dar la cara contra equipos de Primera como Athletic, Espanyol, Granada o Atlético. Ante ellos se vio a un bloque más conjuntado e intenso, sin tantas fisuras y capaz de plantarle cara a cualquiera mientras el físico acompañe.
El problema es que siguen existiendo carencias muy claras y que todos los rivales conocen. Por ejemplo, en defensa, donde se sufre muchísimo a balón parado y por alto, pese a que hay centímetros de sobra como para subsanarlo. La mayoría de los goles encajados han llegado así y sólo hace falta insistir un poco en ello para tumbar a una retaguardia famosa desde hace años por su temblera.
Igualmente, se han echado en falta extremos veloces y con desborde que oxigenen el ataque y acaben con los atascos existentes en una medular que todavía piensa con demasiada lentitud. Sólo cuando apareció Ceballos pareció carburar la 'sala de máquinas', que se encuentra aún a la espera de que Digard llegue a su nivel óptimo de forma y aporte su mejor versión.
Porque, como el francés, ninguno de los nuevos ha hecho méritos aún para ganarse un sitio en el once. Quizás el mejor colocado para conseguirlo sea un Pezzella que ha demostrado su liderazgo en el centro de la zaga, pero que aún debe ir a más, igual que el experimentado Westermann, que necesita tiempo para acoplarse a su nuevo equipo. A quien se le podría haber acabado el plazo para convencer al míster es a Tarek, que no parece haber convencido ni en el eje de la retaguardia ni como improvisado lateral izquierdo. Por su parte, Van der Vaart se lesionó en la mitad del camino y no estará hasta la visita al Bernabéu, al tiempo que Petros, como el propio Betis, ha ido de menos a más, aunque sin disipar todas las dudas. También las hay, pero por su estado de forma, en relación a un Vargas que ya ha dejado detalles de su calidad.
Así las cosas, las mejores noticias del verano han sido que Rubén Castro y Jorge Molina siguen marcando goles como siempre, algo que también hace un Cejudo que parece estar empeñado en ser ese futbolista que muchos esperaban que fuera la temporada pasada y que por unas razones u otras no fue. Además, canteranos como Fabián y Francis se han reivindicado en cada encuentro, demostrando que no sólo existen alternativas a lo que hay en el mercado, sino también en los escalafones inferiores.
Con todo ello, se ha conformado un proyecto que aún tiene un importante margen de mejora, pero que ha pasado del suspenso que se había empezado a ganar en la pretemporada a un suficiente que pronto debe pasar a convertirse en un Progresa Adecuadamente. Para conseguirlo, el único medio es seguir trabajando, potenciando las virtudes que tiene esta plantilla y doblando los esfuerzos destinados a paliar unos defectos que todo el mundo conoce y sabe explotar al máximo. Sólo así se podrá alcanzar esa luz que hay al final del túnel y que parece irse ya vislumbrando.