Y es entonces cuando aprendes que el mundo no se detiene para que tu te atrevas a volver a formar parte de él. Entiendes que el tiempo no vuelve atrás y que todas nuestras acciones tienen consecuencias, algunas irreparables. Te enseñan a aceptar que hay que avanzar a pesar de todo, aunque no veas nada claro lo que tengas delante, aunque no veas razón para hacerlo, tienes que avanzar y seguir siempre hacia delante, de tanto escucharlo te convencerás de que eso es la vida. No esperes que nadie haga nada por ti, la gente que avanza y deja todo atrás no va a esperarte a que tú lo hagas, ellos te dirán que tienes que dejar atrás tus sentimientos y continuar.

Pero hay veces que el camino es largo y llano, vacío de emociones y donde la ilusión no tiene cabida. Dicen, repiten, que todo termina algún día, que todo cambia, pero a pesar de ello sigo siendo incapaz de seguir ese camino. Si seguirlo implica olvidarte de los sentimientos, fingir que no importa nada ni nadie, aparentar que desconoces el significado de la palabra ilusión o que el único objetivo simplemente sea llegar hasta el final, yo no quiero formar parte esta carrera, no sin una razón. No puedo ir midiendo cada paso que doy, mintiéndome en cada uno de ellos, me niego a hacer las cosas porque vengan impuestas y no me importa quedarme atrás mientras todos los demás avanzan, no pienso dejarme ninguno de los detalles atrás. El final llega para todos por igual, hasta para aquellos que no llegaron a su, ¿correspondiente?, sitio. Tú eliges si quieres formar parte de esa prueba o no, pero has de saber que lo único que te llevarás contigo serán los recuerdos y que lo que dejarás no serán sino un puñado de ellos.

Antes que nada para un momento, cierra los ojos y piensa cómo te gustaría que fuese todo... ¿ya? Recuerda que puedes mantenerlos cerrados siempre que quieras, yo lo hago muy a menudo. Ahora que decidiste abrirlos te presento el mundo actual, ese que llaman real y en el que vivirás, es muy probable que no te guste así que sólo te daré un consejo si quieres ser feliz en él: nunca digas la verdad, la tuya al menos, así no podrán estropearla.