El Real Betis salió muy metido en el partido y con el objetivo claro de meter gol, presionando y realizando los primeros disparos en el primer minuto de juego. Pero, como le suele suceder a este Betis, la intensidad duro unos minutos y el juego del equipo se diluyo poco a poco. A la falta de intensidad hay que sumarle que este Betis tampoco tienen gol, es el equipo menos goleador de la Primera División junto al Athletic, por lo que las posibilidades de ganar un partido se reducen.
Ayer en la primera parte Assunçao fue el más peligroso, con dos disparos que pasaron muy cerca del palo, Capi comando al equipo en ataque y Odonkor exploto su velocidad por la banda derecha. Del resto del equipo poco se puede hablar, Edu esta sin la fuerza ni el desborde de otros años debido a la lesión que le persigue y la defensa esta mal, muy mal.
La segunda parte comenzó como la primera, con dominio del Real Betis pero en esta ocasión no se creo el mismo peligro que en la primera. Pasaban los minutos y todo continuo igual, el Real Betis no era capaz de crear peligro y el Nástic tampoco hacia mucho. Pero el arbitro, Clos Gómez, que hasta ahora había hecho dejación de funciones en su labor de enseñar tarjetas amarillas, se inventa una pena máxima en un forcejeo entre Robert y el padre de José María del Nido. Portillo marca la pena máxima y el beticismo estalla, gritos contra el arbitro, contra los jugadores, contra Lopera, contra el Consejo de Administración…
Xisco, que había saltado en la segunda parte, remachó de cabeza una desesperada asistencia de Juanito, marca el 1-1 y atenúa la vergüenza de la parroquia verdiblanca pero no la indignación. Hubo concentración pacifica en la puesta de cristales del estadio en protesta a Lopera y a su Consejo de Administración.
Ayer en la primera parte Assunçao fue el más peligroso, con dos disparos que pasaron muy cerca del palo, Capi comando al equipo en ataque y Odonkor exploto su velocidad por la banda derecha. Del resto del equipo poco se puede hablar, Edu esta sin la fuerza ni el desborde de otros años debido a la lesión que le persigue y la defensa esta mal, muy mal.
La segunda parte comenzó como la primera, con dominio del Real Betis pero en esta ocasión no se creo el mismo peligro que en la primera. Pasaban los minutos y todo continuo igual, el Real Betis no era capaz de crear peligro y el Nástic tampoco hacia mucho. Pero el arbitro, Clos Gómez, que hasta ahora había hecho dejación de funciones en su labor de enseñar tarjetas amarillas, se inventa una pena máxima en un forcejeo entre Robert y el padre de José María del Nido. Portillo marca la pena máxima y el beticismo estalla, gritos contra el arbitro, contra los jugadores, contra Lopera, contra el Consejo de Administración…
Xisco, que había saltado en la segunda parte, remachó de cabeza una desesperada asistencia de Juanito, marca el 1-1 y atenúa la vergüenza de la parroquia verdiblanca pero no la indignación. Hubo concentración pacifica en la puesta de cristales del estadio en protesta a Lopera y a su Consejo de Administración.