Cuando la vida te pida que alces la voz, no lo dudes, álzala.
Cuando la vida te pida que mires hacia delante, no lo dudes, mira.
Cuando la vida te pida que recuerdes, no lo dudes, recuerda.
Cuando la vida te pida que luches, no lo dudes, lucha.
Cuando la vida te pida algo, hazlo.
Hazlo porque la vida es todo lo que tienes. Hazlo, porque tu vida será lo que dejes como legado. Hazlo, porque el futuro también depende de cómo tú vivas tu vida.
Por eso lucho por ti Betis. Porque desde lo más profundo de mi corazón algo me dice lucha, y sé que proviene de ti. Porque desde lo más profundo de mi alma algo me dice que me necesitas y, no puedo dejarte solo.
Cuando recuerdo mi niñez siempre la recuerdo en verdiblanco. Cuando recuerdo mi adolescencia siempre la tiñen tus colores, y, hoy, mi juventud, sigue vistiendo del verde y del blanco que paseas por donde vayas…cómo contar mi vida sin nombrarte…
Quienes no te conocen, quienes no saben lo que es esta tierra y cómo aquí se vive el fútbol, no pueden entender por qué dedico mi vida a seguirte, por qué paso tiempo escribiéndote y por qué mi corazón vibra tanto y se emociona mi alma al escuchar tu nombre…como ya dije en un poema, aquel nombre chiquitito que le dieran los romanos a nuestro río y que nuestro río decidió regalarte porque eras el orgullo de esta tierra.
Mi vida, Betis, mi vida está escrita con la tinta de tus colores, mi vida está narrada en el Benito Villamarín, mi vida será tuya, y tú serás la vida de mis hijos.
Y es que, quiero recuperar para ellos esos años de manquepierda sincero…aquel manquepuierda que era un símbolo de unión, de fidelidad y no de sumisión, aquel, que era estandarte de la grandeza de una afición y no del conformismo, aquel manquepierda teñido trece veces de orgullo, de osadía y valentía, del descaro saleroso de esta tierra y de sus ganas de salir adelante…quiero el manquepierda de la tercera división, de los bocadillos y de la gente sana y humilde que me enseñó que había que quererte más cuando estabas enfermo y que había que luchar por curarte del virus que te infectara.
Y hoy, aquí me tienes Betis.
Hoy estoy dispuesta a poner en marcha todo lo que los que me rodean plantaron en mi interior. Hoy estoy dispuesta a buscar para ti el más digno de los futuros…porque vas a cumplir cien años y quiero que cumplas otros cien sin perder tu esencia, sin dejar de ser aquel con el que mi madre vibrara, aquel al que me enseñó a querer antes de venir a este mundo, aquel por el que le daba pataditas a su vientre y aquel cuya afición me enseñó a cantarte, a animarte y como no, a amarte.
Y sólo quiero que sepas que estoy muy segura de mi victoria…de la victoria de quienes luchamos por el mismo fin…y si lo estoy, es porque sé que el beticismo jamás permitirá que naufragues, pues nunca un hijo dejó a su padre sólo ante una mala jugada del destino.

TE QUIERO BETIS, TUYA CIEN AÑOS, TUYA SIEMPRE.