En la tercera parte de la novela Soldado de Salamina que lleva por título; Cita en Stockton, Javier Cercas cuenta como un viejo amigo de Roberto Bolaño le dijo que le diera recuerdos para el gran escritor chileno: "Dígale que nos vemos en Stockton" "¿Dónde?" pregunta Cercas, "En Stockton", repitió. "Dígaselo: él lo entenderá." Más adelante se lo comunicó a Bolaño. Cojjones con el viejo. Todavía se acuerda". Cercas le preguntó qué significaba todo eso. Y Bolaño le respondió preguntándole si había visto Fat City. Bolaño le decía con sarcasmo que para él Fat City significaba la ciudad fantástica, una ciudad de oportunidades, porque Stockton es una ciudad atroz, donde no hay oportunidades para nadie, salvo el fracaso.
En eso se ha convertido el RBB, un lugar, un sitio que sólo alberga fracaso. Y eso es fruto de la inoperancia y la delicada situación en la que se encuentra inmerso nuestro querido club. Del mismo modo, llevo pensando mucho tiempo qué es lo que pasa con el Betis, no sé por qué somos un club ascensor; subimos y bajamos. Un club con la masa social que tenemos no debe permitirse la ineficacia en determinados quehaceres.
Realmente creo que nuestro verdadero problema es de identidad. No sabemos a qué jugamos, y mucho menos cómo jugamos. Pero ésto no es algo que podamos pensar hasta que el club resuelva todos los problemas institucionales en el que estamos inmersos. Evidentemente, sólo partiendo de un club en el que los aficionados tengan voz y voto, ya sea mediante plataformas, o mediante acciones siempre que no sean abusivas, podremos aspirar a determinar nuestra identidad como club. Si es que no queremos vernos en Stockton...
Stockton, un lugar similiar al "Rincón de Pifias"
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