No sé si ya hay hilo de esto pero no lo he visto. El caso es que creo que les honra el al menos haberse parado cuando considero que no es ni mucho menos su obligación, sobre todo Petros, que para mí a día de hoy es de los pocos que sigue dando la cara.
Calma tensa la vivida durante toda la mañana en la ciudad deportiva Luis del Sol, lugar donde el primer equipo del Real Betis se ha ejercitado a puerta cerrada a las órdenes de Juan Merino tras el descalabro sufrido anoche en el Sánchez-Pizjuán frente al Sevilla, en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey. Ha sido una jornada en la que no han amanecido pintadas ni en el estadio Benito Villamarín ni en la propia ciudad deportiva, pero el club manejaba que pudiera haberse producido algún movimiento de aficionados para protestar por la situación, dado el alto personal de seguridad privada que ha tenido blindado todo el recinto, incluso hasta la cafetería.
La entrada de los futbolistas del primer plantel verdiblanco, en torno a las 9.30 de la mañana, ha sido totalmente tranquila, pero en la salida, los jugadores sí se han encontrado con un reducido grupo de aficionados, la mayoría de ellos presentes en la grada de béticos del estadio sevillista durante el encuentro copero de ayer. Poco a poco fueron saliendo los jugadores. Los primeros, Rubén Castro y el lesionado Westermann, que no se pararon ante los aficionados. Tampoco se pararon Fabián -poca culpa tiene el chaval-, Bruno o Piccini. Pero sí lo hicieron Petros y Digard.
Los pocos aficionados béticos que esperaron a los jugadores iban con actitud pacífica. Pretendían parar a algunos jugadores para hacerles ver que la situación no puede continuar así, que los profesionales conocieran el gasto de la entrada para la vergüenza que pasaron esos 510 seguidores, ya no sólo en lo deportivo, sino también con la guasa de los sevillistas, y escuchar las disculpas en persona de los jugadores. Petros les dijo que “estoy tan triste como vosotros. Tengo que hablar con mis compañeros para que mejoremos. Mi familia come gracias a mí, por eso doy la cara siempre”. Digard, por su parte, les explicó que “la situación es difícil para todos, para nosotros también, no quiero perder así”.
“Estoy tan triste como vosotros; la situación es difÃ*cil para todos†- Al final de la Palmera
Calma tensa la vivida durante toda la mañana en la ciudad deportiva Luis del Sol, lugar donde el primer equipo del Real Betis se ha ejercitado a puerta cerrada a las órdenes de Juan Merino tras el descalabro sufrido anoche en el Sánchez-Pizjuán frente al Sevilla, en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey. Ha sido una jornada en la que no han amanecido pintadas ni en el estadio Benito Villamarín ni en la propia ciudad deportiva, pero el club manejaba que pudiera haberse producido algún movimiento de aficionados para protestar por la situación, dado el alto personal de seguridad privada que ha tenido blindado todo el recinto, incluso hasta la cafetería.
La entrada de los futbolistas del primer plantel verdiblanco, en torno a las 9.30 de la mañana, ha sido totalmente tranquila, pero en la salida, los jugadores sí se han encontrado con un reducido grupo de aficionados, la mayoría de ellos presentes en la grada de béticos del estadio sevillista durante el encuentro copero de ayer. Poco a poco fueron saliendo los jugadores. Los primeros, Rubén Castro y el lesionado Westermann, que no se pararon ante los aficionados. Tampoco se pararon Fabián -poca culpa tiene el chaval-, Bruno o Piccini. Pero sí lo hicieron Petros y Digard.
Los pocos aficionados béticos que esperaron a los jugadores iban con actitud pacífica. Pretendían parar a algunos jugadores para hacerles ver que la situación no puede continuar así, que los profesionales conocieran el gasto de la entrada para la vergüenza que pasaron esos 510 seguidores, ya no sólo en lo deportivo, sino también con la guasa de los sevillistas, y escuchar las disculpas en persona de los jugadores. Petros les dijo que “estoy tan triste como vosotros. Tengo que hablar con mis compañeros para que mejoremos. Mi familia come gracias a mí, por eso doy la cara siempre”. Digard, por su parte, les explicó que “la situación es difícil para todos, para nosotros también, no quiero perder así”.
“Estoy tan triste como vosotros; la situación es difÃ*cil para todos†- Al final de la Palmera
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