Esa ha sido, de largo, la gran equivocación de Ollero hoy. Básicamente porque eso es reconocer que ha sido él mismo el mayor partidario de entregarle plenos poderes a la figura del director deportivo para que haga y deshaga, es reconocer que Maíto era el perfil adecuado de presidente.
Tal criterio basado en delegar todas las funciones técnicas, que en otro tipo de empresas es lo correcto, en el fútbol te deja preso de los tejemanejes de los intermediarios y representante que pululan alrededor de todos los entrenadores y directores deportivos de la élite, de manera que se acaba fichando a Verdú o Van der Vaart por tres años sabiendo que están acabados, o te inflan a comisiones como con Baptistao, o te intentan colar una cesión por 4 kilos de un delantero que lleva dos años sin jugar.

No pido que los presidentes tenga que fichar, pero es imprescindible que un presidente tenga el conocimiento para distinguir cuándo se la están colando.
Es imprescindible que un presidente transmita a los jugadores la obligación de esfuerzo y profesionalidad, y eso solo se consigue bajando al vestuario a transmitirlo directamente.
Es imprescindible que un presidente sepa distinguir a final de temporada un buen entrenador de uno malo aunque ambos cumplan objetivos.
Es imprescindible que un presidente sea capaz de evaluar la labor de un director deportivo a mitad de temporada sin necesidad de esperar a que acabe, y decirle que tiene que hacerlo mejor, porque si no te puedes encontrar con que no has alcanzado el objetivo.
Si un presidente no tiene eso, se queda en un mero portavoz que se sienta el palco los domingos y atiende a los medios pero que no dirige.

No todo lo que ha hecho Maciá este año es malo(ahí está Petros o Montoya), ni todo bueno(Pezzella, ...).
No todo lo que ha hecho Ollero es malo(ha tratado de evitar el estado de alarmismo injustificado que rodea al club desde principio de temporada, generado por los biriperiodistas), ni todo bueno(no se puede ser el adalid de un pacto entre accionistas si no se tienen acciones, no se puede negar a BxV o PNB el legítimo derecho a no querer pactar con Lopera).

Pero Ollero no puede lanzar esa frase con el objetivo de disimular su desconocimiento del funcionamiento de un club de fútbol

Porque cuando no se tiene el conocimiento, luego no se tienen armas para detener el bombardeo de los medios de comunicación, que un día critican al consejo de administración por entregar las llaves del club a Maciá, y otro día critican al consejo por vetar una operación sospechosa propuesta por el mismo Maciá.