Un Betis muy superior no dio ninguna opción al Espanyol y consiguió una de las victorias más placidas de la temporada culminando así su mejor momento del año. El Betis se va al parón de selecciones con los puestos europeos más cerca que nunca y dejando un colchón de puntos con los de atrás considerable. Gran partido de todo el equipo pero sobre todo gran partido del centro del campo del Betis.

Lluvia de goles y de posesión en el Villamarín. El Betis rozó y sobrepasó en muchas fases del partido niveles de posesión altísimos hasta para los grandes de Europa debido sobre todo al regreso de Guardado al equipo. El mexicano da continuidad, eficiencia y alternativas a la hora de mover el balón formando un triángulo en el campo con Boudebouz y Fabián. Un triángulo que cuando funciona como hoy, el Betis ya tiene medio partido ganado.

Setién volvió a apostar por el sistema de tres centrales y un solo delantero acertando de pleno en el planteamiento neutralizando totalmente las virtudes que ha mostrado el Espanyol esta temporada. La acumulación de jugadores del Espanyol en el centro fue una roca muy dura de superar para el Betis en la primera mitad pero el gol de Junior en una serie de errores del Espanyol abrió una herida en el equipo catalán que a partir de ahí no supo sanar.

Pero hasta el gol de Junior, el partido estaba siguiendo un guion diferente. El Betis dominaba, tenía el balón pero le estaba costando generar ocasiones de gol debido a bastantes imprecisiones en metros finales, sobre todo debido a la acumulación de defensores del Espanyol. El Betis solo hacía daño cuando robaba el balón en un contrataque del Espanyol o cuando el equipo catalán se estiraba en la presión. Y solo hacía daño si el centro del campo del Betis encontraba a Boudebouz. El argelino se movió muy bien a la espalda de los mediocentros rivales y siempre encontró la posición libre para recibir y girar fácil. Y al nivel que está era cuestión de tiempo que encontrase el camino al gol.

Pero el partido tenía otro condicionante. Este externo. El tiempo. No tanto la lluvia sino más bien el viento: uno de los grandes “enemigos” del fútbol. El Betis pronto se daría cuenta que hoy no era partido para mandar balones largos a los carrileros y tras varios cambios de banda fallidos supo que hoy tendría que abrir la defensa del Espanyol con pases cortos. Al Espanyol le costó más adaptarse teniendo en cuenta que una de sus principales armas es mandar balones largos a sus delanteros. Sin ese recurso, sin los respiros de los delanteros a los periquitos les costó salir de su campo. Visto sobre todo la grave falta de precisión en pases que tiene este equipo.

Parecía cuestión de tiempo que el Betis marcase y lo encontró en un fabuloso pase de Boudebouz buscando al carrilero de la otra banda. La del Sánchez Pizjuán pero esta vez con Junior como protagonista. También fue el argelino que quiso sentenciar el partido al comenzar la segunda mitad y con una bonita jugada individual cerró el marcador y su mejor partido como bético esta temporada. Boudebouz ya gana para el Betis y se ha convertido seguramente en el jugador más en forma en este momento del equipo.

Otra de las buenas noticias que deja el partido es la gran presión tras pérdida de los jugadores del Betis. No dejando ni salir ni respirar y obligando al fallo al jugador rival. Ese hambre, esas ganas de recuperar, esas ganas de vencer son otro de los mensajes positivos que se pueden sacar de la victoria.

El Betis se va al parón con los deberes hechos culminando así su mejor etapa en esta temporada. Salvo por el lunar ante la Real y en Mestalla, el Betis ha encontrado consistencia defensiva, mantiene esa eficiencia goleadora que lleva teniendo gran parte de temporada y tiene ahora mismo a varios de sus futbolistas en picos altísimos de nivel y forma. Los jugadores, y los aficionados por supuesto, tenemos ahora dos semanas para disfrutar y unos dos últimos meses, nueve jornadas, para apretar los dientes, estar todos juntos y alcanzar lo que todos queremos: Europa.